Tres viajeros documentan sus historias para contarlas
Raúl Cabrera guardaba debajo de su cama un libro en el que estaban las siete maravillas del mundo. Era su biblia. Su mamá, nació en Ancón y lo tuvo cuando tenía apenas 14 años. Siempre quiso recorrer el mundo y le transmitió sus anhelos.
Cada noche, Cabrera repasaba aquellos monumentos que le parecían tan distantes y se prometía recorrerlos cuando creciera. Sus parientes le decían que era más fácil ser presidente qué viajar.
Ha vivido en Japón, Chile, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Francia, Nueva Caledonia y Dinamarca. Ha recorrido 92 países y ya no se maravilla tanto cuando llega a un lugar desconocido. Ha trabajado como lavaplatos y ha dado charlas magistrales.
En 2018 partió en busca de la playa con olas más heladas para surfear y cree que viajar no es tan complicado como se piensa, que la gente se pone demasiadas trabas cuando es posible trabajar y recorrer el mundo.
Cuando llegó a la isla de Indonesia llamada Bawa estuvo a punto de morir, le dio malaria cerebral y estuvo internado durante dos meses, estuvo en coma. El virus estuvo cuatro meses incubado en su cuerpo, pero sobrevivió.
“Creo que viajar te hace casi crecer como persona, aprender y respetar otros puntos de vista. Es la mejor universidad, expone lo mejor de ti, tienes que sobrepasar tus barreras, es más fácil encarar cosas cuando vuelves a tu país de origen. La mejor cualidad de un ser humano es reinventarse en cualquier momento”, comenta Cabrera.
Durante sus viajes trabaja microdocumentales que presenta en su canal Nómada. Con este mismo título hizo un cortometraje que ganó cuatro festivales de cine y representó al país en el Festival de Cine Olímpico.
Ahora sabe que es mejor no andar con tanta carga para registrar lo mayor posible sin que una gran cámara sea un obstáculo.
Raúl Cabrera ha recorrido más de 92 países y sobrevivió a una malaria cerebral. Comparte su trabajo documental en un canal de YouTube. Foto: Cortesía de Raúl Cabrera.
De Barcelona a una cámara
John Londres Salazar era una promesa del fútbol nacional hasta que conoció Montañita, ese poblado al que llega la mayor cantidad de turistas que visitan el país. Decidió dejarlo todo para coger una cámara y recorrer el mundo.
Jugó en las divisiones inferiores de Barcelona desde los 13 hasta los 20 años, cuando visitó la playa ecuatoriana y decidió dedicarse al surf. Ahora hace una temporada por México y Centroamérica.
Su idea es registrar las playas de surf más famosas y encontrar algunas que no sean recurrentes para turistas. “La idea de vivir 24 horas con la cámara en mano me fascina”, cuenta desde México.
Se dedica a armar calendarios de surf que vende a través de internet y en las tiendas de los amigos que hizo en Ecuador cuando dejó el fútbol.
De las oficinas a las maravillas del mundo
Sara Lozada recorre el mundo porque no puede pensar su vida de una sola forma para siempre. Necesita cambiar siempre, su entorno y su rutina. Es periodista y recorre el mundo haciendo fotografías, pensando en proyectos que puedan registrar cómo cambia la sociedad.
“Percibo que la gente prefiere asociarse más con el día a día, con lo que tiene a la mano, ahí converge la fotografía de viajes”. Hace un mes presentó su trabajo fotográfico en Guayarte, enfocado en el paisaje arquitectónico histórico de ciudades de Italia, Alemania y hasta México. (I)
Sara Lozada se enfoca en un trabajo de arquitectura histórica, pero además en las tendencias fotográficas de la actualidad, como el retrato. Foto: cortesía de Sara Lozada