Varias reacciones genera el poema de Günter Grass
“Lo admito: no sigo callando//porque estoy harto//de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además//que muchos se liberen del silencio, exijan//al causante de ese peligro visible que renuncie//al uso de la fuerza e insistan también//en que los gobiernos de ambos países permitan//el control permanente y sin trabas//por una instancia internacional//del potencial nuclear israelí//y de las instalaciones nucleares iraníes.”, reza un fragmento del artículo “Lo que hay que decir” (Was gesagt werden muss), firmado por el escritor alemán Günter Grass, premio Nobel de Literatura. El poema publicado ayer, simultáneamente en cuatro idiomas, en las páginas del diario alemán Süddeutsche Zeitung, el estadounidense The New York Times, el español El País y el italiano La Repubblica volvió a agitar el debate en torno a su figura.
La embajada israelí en Berlín inscribió el texto en la "tradición" del antisemitismo europeo y señaló que "Israel es el único país del mundo cuyo derecho a existir se pone públicamente en duda". Grass propone que una "instancia internacional" controle de forma "permanente y sin trabas" tanto el potencial nuclear israelí como las instalaciones atómicas iraníes.
"¿Por qué he guardado silencio hasta ahora?", se pregunta varias veces Grass en el artículo, concebido a modo de poema. El autor se responde que ha callado para evitar la "condena" de ser acusado de antisemitismo. "Creía que mi origen, marcado por un estigma imborrable, me impedía atribuir ese hecho al país de Israel, al que estoy unido y quiero seguir estándolo".
El diario conservador Die Welt publicó en su portada una foto de Grass con el título "El eterno antisemita". El escritor es "un prototipo del antisemita formado", señala un artículo. "Siempre tendió a la megalomanía, pero ahora se ha vuelto totalmente estúpido".
En el mundo de la política, el portavoz de la canciller Angela Merkel recordó que en Alemania todo artista tiene libertad de expresión, pero que también el gobierno tiene derecho a no comentar algunos temas. Frente al texto, el vocero de la canciller dijo que la posición de ella "sigue siendo la misma" que ante la polémica por la autobiografía de Grass, publicada en 2006.
Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, tachó a su vez el poema de "panfleto de odio" contra Israel. El tema fue trending topic número uno en Alemania en Twitter: si bien prevalecían los comentarios críticos, muchos expresaron su solidaridad y defendieron a Grass de la crítica de "antisemitismo", señalando que no todos los cuestionamientos a Israel tienen por qué ser antisemitas.
Ayer en entrevista con la radio NDR, Grass alertó contra "la unificación de la opinión" en un país democrático y "la negación a ocuparse del contenido y las preguntas" que plantea su artículo.
Entre las voces de apoyo, Johano Strasser, presidente del Club Pen germano, alertó también contra las exportaciones de armas de Alemania a Israel porque "dan la impresión de que la guerra con Irán es inevitable". Wolfgang Gehrcke, diputado del partido poscomunista La Izquierda, señaló que "Günter Grass tiene razón". El escritor se atreve a decir lo que muchos callan, añadió.