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El Telégrafo
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Catedral fue el escenario de un duelo de reinas

A la izquierda, Sofía de Borbón abraza a una de sus dos nietas, mientras la reina Letizia observa antes de impedir la foto en las afueras del templo.
A la izquierda, Sofía de Borbón abraza a una de sus dos nietas, mientras la reina Letizia observa antes de impedir la foto en las afueras del templo.
Foto: (El Comercio Perú)
05 de abril de 2018 - 00:00 - Gorka Castillo, corresponsal en España

Con la Catedral de Palma de Mallorca llena de gente hasta la bandera y hordas de camarógrafos disputándose cada milímetro cuadrado para poder disparar su fusilería óptica sobre la familia real, no hizo falta frotarse los ojos para asegurar que las dos reinas de España, Sofía y Letizia, no acaban de tomarse la medida.

 La polémica escena sucedió al término de la misa de Domingo de Resurrección y el video del tenso combate tomado por un aficionado se  convirtió en una plaga viral que sigue propagándose como la pólvora.

Sofía de Borbón, la abuela, quería hacerse una foto con sus dos nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, pero a la madre de las niñas, Letizia de Borbón, no le pareció una buena idea.

Entonces, comienza a cruzarse por delante de las cámaras y se acerca a su hija mayor para apartarla de Sofía. Mientras lo hace, intercambia unas palabras con su suegra. La secuencia continúa con la princesa de Asturias desprendiéndose del brazo de su abuela, quien la vuelve a sujetar por el hombro. Leonor intenta zafarse de nuevo y el rey Felipe aparece en escena para templar los acalorados ánimos.

A la derecha, el rey emérito Juan Carlos I observa la secuencia con cara de sorprendido. Todo el suceso dura 51 segundos.

A partir de ahí se disparó todo tipo de especulaciones sobre las tensas relaciones personales entre las dos reinas de España, cuyas vidas están sujetas a la vigilancia y escrutinio público.

Para unos, lo presenciado en la Catedral de Palma es la prueba irrefutable de que la química y los afectos reales no pasan por los mejores momentos de su historia.

Entre sus voces más sonoras está la de la princesa Marie-Chantal de Grecia, esposa del primo de Felipe VI, que  lanzó toda la artillería pesada contra Letizia.

“Esto es muy desagradable [...] Me hace sentir muy enfadada”. Y no satisfecha aseguró poco después que “ha mostrado su verdadera cara”. Se trata de la primera vez que un familiar de la realeza censura en público a Letizia.

Tal es la actitud mediática por el “comportamiento desairado de Letizia” que los informativos reservaron un buen puñado de minutos a contar el estado de desasosiego que ha provocado.    

Una de sus amigas íntimas, Imma Aguilar, amiga desde que coincidieron en el trabajo en CNN antes del matrimonio con Felipe, juró ayer que “está desolada” por el cariz que ha tomado el incidente.

Lo peor son sus despiadados detractores, que los tiene en cantidades industriales desde que hace 14 años se entrometió en la corte como una simple plebeya. Hoy surgen como setas tras la lluvia armados de razones para descomponer la personalidad de una reina que todos describen “con excesivo carácter”, admirable en su papel público para algunos e insufrible en su comportamiento privado para otros.

Por lo que parece, el Domingo de Resurrección saltaron las costuras de lo que se vive en el Palacio de la Zarzuela y Letizia ha salido muy mal parada.

El video real más visitado
El clip acumula ya más de 200.000 visualizaciones desde que el martes fuera difundido de forma masiva. Y aunque la siempre hermética e impecable casa real lleva horas de quitar hierro al duelo de reinas, ya ha trascendido que el desplante de la Catedral de Palma no fue una casualidad.

Al menos cinco ocasiones más han usado sus recursos para controlar los nervios de ambas contendientes y demostrar que para la corona española hay cosas más importantes que una foto.

El mismo día del encontronazo, un testigo aseguraba a la revista Vanitatis que a la salida del templo apreció un calculado distanciamiento entre los cuatro miembros de la familia real y los dos reyes eméritos. Para los embaucadores de los programas televisivos de la peor ralea, la escena ha sido un maná para aumentar sus audiencias.

Y eso que esta Semana Santa se había vendido desde la casa real como el acontecimiento magno de la reunificación familiar tras años convulsos. Desde su abdicación, hace cerca de cuatro años, Juan Carlos I no pasaba sus vacaciones en Mallorca. Y esas fechas constituyen uno de los pocos momentos en los que se puede fotografiar a la princesa Leonor y a la infanta Sofía, alejadas de los focos por expreso deseo de sus padres.

La fiesta terminó mal y a partir de ahora las dos reinas de España deberán medir mejor sus pasos por la alfombra roja de la actualidad. Los paparazzis comenzaron a espiar sus sombras. (I)   

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