Sensaciones de colores en la fotografía
Por Andrea Zunino
Una buena fotografía es tan intrínseca y única que por medio de esa imagen puedes “ver” el alma del autor. Con esa foto, también puedes ver su voz, su visión, sus experiencias y todo lo que lo ha moldeado en el transcurso de su vida.
Una imagen tiene la fuerza para quedar impregnada en la retina, sin opción a olvidarla.. “Una foto dice más que mil palabras”, se escucha todo el tiempo, el impacto narrativo que tiene una fotografía es poderoso, una vez que te deslumbra, la memoria archiva al instante emocional en que se la vio.
No pasa lo mismo con el texto. Cuando se lee, el cerebro imagina muchas cosas y se basa más en la percepción del receptor, dejando así retazos de imágenes que se moldearon de acuerdo a sus vivencias visuales de quien lee.
En la fotografía en cambio afecta instantáneamente al perceptor creándole una escena. El color influye, es por eso que muchas fotografías se pasan a blanco y negro, para que el color no distraiga del mensaje deseado.
La teoría del color ayuda a cumplir el efecto ansiado, los sentimientos e impacto son moldeados por el autor. En el cine, el tono que se va a utilizar en su escena debe transmitir algo, por ejemplo: el blanco y negro llama el ojo, lo atrae, seduce. El rojo te regala pasión o desgracias, el azul te da paz o frialdad, y así cada color tiene su manera de comunicar, todo depende de los elementos y de cómo se use la coloración.
Cuando se maneja los tonos en armonía, se crea un balance que le da atmósfera a la imagen. Para dar la sensación de tranquilidad se manejan colores planos, que no contrasten, sin embargo, si se usa un color totalmente distinto a la que lleva la escena, crea un punto de descanso visual y sirve para llamar la mirada del espectador hacia algo específico.
Y no solo es en fotografía o ilustración, también en el cine podemos apreciar esta teoría y unas de las películas que sirven como ejemplo son: Kill Bill de Quentin Tarantino, Amelie de Jean – Pierre Jeunet y El Gran Hotel Budapest de Wes Anderson, entre otros, que dentro de sus gamas de colores usan la discordancia de un color contrastante para atraer o descansar la mirada del espectador.
A todo esto se puede sumar las texturas y los detalles que activan los sentidos. Estos elementos pueden llegar a erizar la piel, traer al recuerdo el olor de una frutilla o recordar el intenso dolor de una herida.
Si no se han percatado antes de esta teoría, ahora los invito a que reflexionen: ¿Cuántas veces se han escuchado emitir un “suspiro” de emoción después de ver una imagen?
En otras palabras la imagen correcta puede expresar emociones más allá de lo verbal. “El poeta es aquel que usa una sola imagen para expresar un mensaje universal” - Andrei Tarkovsky-.