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Ecuador, 27 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Saramago vuelve con una visión crítica de la Europa reciente

Madrid, España.- La última e inacabada obra del nobel portugués José Saramago, fallecido hace tres años, todavía no tiene fecha de edición por una “cuestión sentimental”, asegura su viuda, la periodista Pilar del Río.

“Cuando la publiquemos ya no nos queda nada y por eso la vamos atrasando. En el fondo es una cuestión sentimental, como si todavía estuviéramos esperando que Saramago concluyera la novela”, dijo Del Río durante la presentación el martes pasado de “La estatua y la piedra”, una reflexión del escritor sobre su propia obra.

Mantener la “esperanza” de tener todavía algo nuevo de José Saramago es la razón por la que “no hay prisa” para editar su trabajo inconcluso, “Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas”, explica la también traductora del Premio Nobel de 1998.

La última obra del afamado escritor luso, cuyo título procede de un verso del poeta también portugués Gil Vicente, quedó inacabada, pero “las páginas que están escritas funcionan perfectamente como un relato”, asegura. Terminan, además, en un punto que recuerda a la minuciosa estructura narrativa que comparten otras novelas de José Saramago, que inesperadamente “de pronto dan un giro”.

El autor abandonó tiempo atrás este texto, sobre la industria del armamento y el tráfico de armas, porque “le asustaba enfrentarse a la complejidad” del giro argumental con el que iba a continuar. “Tras dejarlo dormir por un tiempo”, recuerda su vida, ya no tuvo ocasión de recuperarlo antes de su muerte, en junio de 2010.

Cronológicamente, el texto inédito formaría parte de la segunda etapa de la producción de Saramago sobre la que versa el ensayo “La estatua y la piedra”, según Fernando Gómez Aguilera, amigo y especialista en la obra del nobel.

En el acto de presentación del libro en Lisboa, Gómez Aguilera dijo que “su contenido se despoja de las historias, el ámbito en el que se habían venido desarrollando las novelas anteriores, para preocuparse por el mundo contemporáneo y por el individuo en la actualidad”.

Con la metáfora de la estatua y la piedra, formulada por Saramago en una intervención en la Universidad de Turín (Italia) en 1997, el autor de “Caín” reflejaba “un cambio de estilo hacia la austeridad”, afirma el especialista, autor del epílogo del texto y que sitúa ese giro después de la publicación de la controvertida “El evangelio según Jesucristo”.

La piedra que evoca José Saramago tiene además de una lectura literaria otra social, para un autor que, ya a principios de los noventa,avisaba de los futuros problemas de Europa, del sentimiento de falta de representatividad o del papel predominante de Alemania en el futuro de los demás países europeos. Quería “levantar la piedra para que el lector sepa lo que hay debajo”, resaltó, intentando una evocación, Pilar Del Río.

La edición bilingüe, en español y portugués, de “La estatua y la piedra” es una revisión hecha por el nobel de un texto publicado originalmente en italiano y que se hizo de “manera clandestina”, explicó  Giancarlo

Depretis, uno de los responsables del proyecto editorial. “Tanto es así que José Saramago decía: ‘caramba, he escrito sin darme cuenta otro libro’”, bromeó Depretis, en la ceremonia de presentación de la reciente obra en España.

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