Tras un siglo de vigencia, los archivos del Premio Nacional de las Artes Mariano Aguilera están dispersos. Los que registraron la obra de los artistas galardonados y concursantes, pero también aquellos que se enmarcan en la crítica del arte u otro tipo de cuestionamientos se están investigando por el aniversario de este certamen.

Su revisión y sistematización está a cargo del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y Romina Muñoz es la curadora de la primera muestra de un ciclo que continuará sobre este tema en meses siguientes. Las obras elegidas (dos Mideros y dos Guayasamín) no pertenecen a la reserva del Mariano Aguilera, pero aparecían reseñadas en el portal digital del concurso como premiadas.

“Había que evidenciar ese error, ese es el homenaje que le haremos al premio”, le explica Muñoz a este diario. “Había inconsistencias: no fueron obras premiadas, sino que fueron incluidas (por Lenin Oña) en la muestra y libro Mariano Retro como piezas que dan cuenta de la producción de sus autores”.

Durante el levantamiento de ciertos archivos, se realizaron nuevas correcciones. “Hay docentes del (colegio) Mejía que cuestionaron los premios del salón”, cuenta la curadora, esos textos se reseñarán en la segunda muestra, desde agosto. “Muchos investigadores de época pertenecían a ese colegio y por eso queremos estrechar nuestra relación con ellos”.

La investigación se hizo en varios repositorios, entre los que destacan la hemeroteca de la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit y el fondo bibliográfico del Centro Cultural Benjamín Carrión o los de la Casa de la Cultura.

Actas y gacetas municipales, catálogos históricos y publicaciones sobre artistas ganadores del premio y otros relacionados con el arte contemporáneo son las fuentes documentales, además de las actas de los premios, cuya coherencia conceptual ha cambiado a través de los años. Hay incluso sugerencias junto a algunos veredictos, resalta Romina: “Queremos evidenciar que el premio fue cuestionado, cambió de formato a través del tiempo”.

Una de esas variantes fue que la adquisición de las obras premiadas no se dio a lo largo del siglo XX, sino que se hacía un reconocimiento económico a los autores.

“Hay obras que se han perdido, otras las estamos registrando”, dice la curadora, quien en septiembre develará los detalles de la obra de la escultora Rosario Villagómez, premiada entre 1918 y 1920 y de quien no se tiene mayor información, además de los datos recabados por otra investigadora del arte, Ana María Goetschel.

Guayaquil, Bahía de Caráquez y Quito son ciudades nacionales que acogieron monumentos de Villagómez.

Primera muestra de un ciclo

La artista Romina Muñoz define a las actividades por el centenario del Premio Mariano Aguilera como una provocación para que otros creadores se interesen por la historia del certamen, uno de los mayores para el arte contemporáneo en Ecuador.

El del pintor Víctor Mideros fue el primer nombre en encabezar la sala, pero la obra con que ganó en 1917 no está registrada. La obra de Luis Mideros, su hermano, también tiene vacíos en sus registros.

Del primero se exhiben Espejo de Justicia (1924) y Salasacas (1940) frente a dos pinturas de Oswaldo Guayasamín: Procesión (1942) y Éxodo (1952). Estas reflejan “el espíritu conservador y los ánimos de modernizarse”, según Muñoz.

Salones, premios y la Academia de Bellas Artes son instituciones que acogen las obras en relación con la ciudad, síntoma de la modernidad y lo contemporáneo. (I)

Romina Muñoz es la curadora del ciclo de muestras e investiga junto a Silvana Sarmiento. Las siguientes se abrirán en agosto, septiembre y octubre. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo

Arte
Nuevos Marianos
En 2017 el Premio Mariano Aguilera llegó con mayor fuerza a más ciudades de las habituales. Desde 2011, año en que el Centro de Arte Contemporáneo se hizo cargo del galardón, incluye becas para nuevos creadores y una muestra de vida.

3 documentales sobre Camilo Egas, en el CAC: de Mónica Vásquez, Santiago Carcelén y Daniela Merino.

Trabajo en progreso
Una muestra antológica cada año y la producción de un catálogo es parte de la gestión del premio, entre cuyas actividades suele estar la Sala de Proyectos en la que se exhiben los avances de los becarios. (I)