El hallazgo del ataúd fue el sábado
Posibles restos de Cervantes están en fase de identificación
El sábado 24 de enero un grupo de investigadores encontró un ataúd con las iniciales M.C. que podrían corresponder a las de Miguel de Cervantes.
Los huesos fueron hallados en el nicho N° 1 de la cripta del Convento de las Trinitarias Descalzas (Madrid, España), donde desde abril del año pasado se buscan los restos del escritor, extraviados hace cuatro siglos. Las iniciales están formadas con numerosas tachuelas de hierro de media pulgada de extensión cada una.
El hallazgo del ataúd se produjo al mediodía del sábado, según fuentes de la investigación que se mantuvieron herméticas ante las dudas que aún albergaban entonces.
Sin embargo, el domingo todo indicaba que el féretro, carcomido por la humedad y los xilófagos salvo en su cabecera, donde se encuentran insertadas las iniciales, albergó el cadáver de Miguel de Cervantes que fue enterrado el 23 de abril de 1616.
El equipo, dirigido actualmente por el médico forense Francisco Etxeberria, no ha asegurado todavía que los restos óseos hallados en el féretro pertenezcan a Cervantes, ya que se realizan las pruebas de identificación.
El equipo de investigación, compuesto por 30 personas, entre arqueólogos, forenses, técnicos e historiadores, separa los huesos de un niño y un adulto que fueron encontrados dentro del ataúd.
Los técnicos iniciaron el pasado domingo la fase forense y antropológica de la búsqueda de Miguel de Cervantes, consistente en estudiar si en alguno de los 36 nichos o las varias sepulturas descubiertas en el subsuelo del convento estaban sus restos.
En la segunda parte de la investigación se planea determinar el sexo de la persona adulta. Si se confirma que los restos son de un hombre, los investigadores indagarán las marcas propias que podrían indicar que el esqueleto pertenece a Cervantes.
Especialmente se buscarán señales de la atrofia ósea en los huesos del metacarpo y los impactos de pelotas de arcabuz en el esternón, recibidos por el escritor en la batalla de Lepanto.
Aparte se buscarán otras señales que permitan identificar a Cervantes, como la mandíbula desdentada y la columna vertebral combada, dado que al escritor le faltaban los dientes y padecía de artrosis.
También los expertos analizarán la ropa que envuelve los huesos para comprobar que pertenecía a los miembros de la Orden Tercera, con la que el escritor español fue sepultado.