El pintor Carlos Revelo recrea la fantasía de un viaje sin retorno
El tratamiento a las personas con problemas mentales ha inspirado a muchos escritores y pensadores como el francés Michel Foucault, autor de El viaje, un relato sobre los métodos inhumanos que en ocasiones se aplicaban a estos enfermos en la Edad Media.
También, el brasileño Joaquim Machado de Assis escribió El alienista, un cuento sobre un médico que regresa de Europa a un pequeño pueblo y crea un hospicio; sin embargo este galeno empieza a encerrar a toda la gente y hasta el alcalde le ayudaba en esos menesteres.
Inspirado en tales historias, el pintor ecuatoriano Carlos Eduardo Revelo Carvajal realizó una obra titulada El viaje que gira en torno a esas prácticas de la psiquiatría de antaño. El cuadro se expone en una muestra que está abierta en la sala Guayasamín-Mideros de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) en Quito hasta el 8 de febrero de 2020.
Los mencionados relatos calaron en el imaginario de este pintor para crear una alegoría de esas situaciones. En El viaje se observa a personas que “navegan sin rumbo por un río, como para que desaparezcan y me empecé a imaginar qué pasaría en esos barcos, adonde llegaron y entonces fantasee en torno a eso”.
Revelo confiesa que le gustó esa fantasía y “empecé a crear cosas en base a estos cuentos y a otros que han hablado de esto, no como una enfermedad en sí sino en cuanto a hechos que han pasado entre estas personas y sus derivaciones, de ahí el nombre de la pintura y la exposición (El viaje)”.
La exhibición que cuenta con más de 20 obras es una recopilación de dibujos hechos entre 2015-2016, y grabados del 2019, mientras que la pintura El viaje la comenzó en 2018 y la terminó este año. Sobre esta última señala que es lo que él imagina acerca de las situaciones que pudieron pasar esas personas que iban en el barco.
El expositor confiesa que su propósito no fue hacer un llamado a la sociedad sobre la actitud ante las personas con dificultades mentales, solo “quise fantasear con estas historias y representar estas alegorías, imaginarme qué pudo haber pasado”.
Sin embargo, reconoce que puede ser un llamado a la reflexión sobre estos casos y se tomen otras actitudes pues “actualmente hay mucha gente abandonada y no sé si los gobiernos hacen todo lo que se debería hacer, creo que no, pues si caminas por Quito ves muchas personas en esas condiciones”.
Comentó que vivió un año en Estados Unidos y un tiempo más corto en España pero que al volver a Quito se impactó mucho con la irregularidad del relieve, “cuando uno camina por el centro y doblas una esquina te cambia el paisaje por completo, ves otro paisaje, me interesa volver a pintar Quito y tal vez la próxima exposición sea sobre esto”.
Para Carlos, que también es docente en la cátedra de Pintura de la Universidad Central de Ecuador, esta es su novena muestra individual y la segunda en la CCE. “Siempre me ha gustado el ser humano, el transeúnte, recrear escenas de lo cotidiano, de lo que percibo a diario de las personas anónimas que uno no conoce pero te impactan sus situaciones”. (I)