La OSNE estrenará en Quito sinfonía con tubas wagnerianas
La Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) estrenará la Séptima Sinfonía de Anton Bruckner (1824-1896) en la Iglesia de la Compañía de Jesús, en Quito, este viernes 14 de febrero de 2020, a las 20h00.
La obra es uno de los más grandes logros musicales del compositor austríaco y en esta ocasión, bajo la dirección del maestro invitado Emanuel Siffert, la instrumentación constará de 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 4 cornos, 3 trompetas, 3 trombones, 4 tubas wagnerianas, tuba, timbales, triángulo, platillos y quinteto de cuerdas.
Un gran atractivo serán las famosas tubas wagnerianas que, según comentó el director Siffert a diario EL TELÉGRAFO, fueron traídas especialmente desde Cuenca para este estreno que puede considerarse “histórico”.
El maestro suizo se refirió con entusiasmo a la presencia de las tubas wagnerianas y las definió como “instrumentos hechos con metales, con sonidos especiales entre los que emiten el trombón y el corno”.
Siffert, un conocido del público ecuatoriano, pues fue titular de la OSNE y en esta ocasión director invitado, resaltó la significación de este estreno en Quito dado el prestigio de Bruckner, “un compositor sinfónico del romanticismo alemán muy cercano a Richard Wagner”.
Sobre las características de Bruckner, dijo que fue “un hombre muy creyente, muy católico”, por lo que la sinfonía que calificó como “monumental”, tiene una alta relación con la fe que profesaba y el escenario de la Iglesia de la Compañía resulta muy apropiado para esta función.
En este segundo Concierto de Temporada de febrero de 2020 se contará con la participación especial de la solista Ana Viteri, quien interpretará un Concierto para oboe en do mayor de Mozart.
El currículo de Siffert es muy amplio y altamente reconocido. Actualmente es el director titular de la Orquesta Sinfónica de San Juan en Argentina, colabora regularmente con el Teatro Colón de Buenos Aires, la Orquesta Sinfónica Nacional de Argentina, la OSNE y otras de Latinoamérica.
Un poco de historia
Bruckner demoró casi 2 años en escribir su Sinfonía Nº 7, uno de sus mayores logros musicales, y la terminó unos meses después de la muerte de Richard Wagner, quien fue una de sus grandes influencias. La obra fue dedicada al rey Ludwig II von Bayern, el gran mecenas de Wagner.
La obra sinfónica de Bruckner está formada por 9 composiciones que poseen una estructura original de armonías románticas y escrituras musicales contrapuntísticas. Sus melodías están inspiradas en la naturaleza y en el misticismo religioso, siendo la Séptima uno de sus mayores logros musicales.
La sinfonía está dividida en cuatro movimientos: I. Allegro moderato, II. Adagio, III. Scherzo; y IV. Finale. (I)