El Banco Central de Nicaragua (BCN) presentó el pasado lunes una antología poética de Rubén Darío, como parte de las conmemoraciones por el centenario de la muerte de quien es considerado el padre del Modernismo literario.

La obra, editada por la entidad bajo el título de Antología Poética de Rubén Darío, incluye el poema inédito Huitzilopoch-tli, cuyo manuscrito atesora el BCN en su colección literaria.

Igualmente contiene una selección realizada por el bardo nicaragüense durante su madurez, y que posteriormente fue editada por la Biblioteca Corona de Madrid, en tres tomos: Muy siglo XVIII (1914), Muy antiguo y muy moderno (1915), Y una sed de ilusiones infinita (1916).

Además, recoge una selección de poemas realizada por el escritor Jorge Eduardo Arellano, compuesta por 60 textos, entre los cuales destacan A Colón, A Roosevelt, Retorno y Pax.

La presentación de la obra estuvo a cargo del presidente del BCN, Ovidio Reyes, y participaron poetas, escritores, académicos, intelectuales, entre otros.

Darío, cuya estatura es colosal en la literatura iberoamericana, es uno de los íconos y símbolos que representan la identidad cultural y patriótica de los nicaragüenses.

Félix Rubén García Sarmiento, Rubén Darío, nació el 18 de enero de 1867 en el municipio rural de Metapa, hoy Ciudad Darío, en el norte de Nicaragua, y falleció el 6 de febrero de 1916, a los 49 años, en León.

Darío, el gran innovador de la poesía en castellano del siglo XX, lideró movimientos literarios en Argentina, Chile, España y Nicaragua. Según los expertos, es considerado el padre del Modernismo en Iberoamérica.

La etapa de plenitud del modernismo y de la obra poética dariana la marca el libro Prosas profanas y otros poemas, colección de poemas en las que la presencia de lo erótico es más importante, y del que no está ausente la preocupación por temas esotéricos (como en el largo poema Coloquio de los centauros). En este libro está ya toda la imaginería exótica propia de la poética dariana.

En 1905, Darío publicó Cantos de vida y esperanza, que anuncia una línea más intimista y reflexiva dentro de su producción, sin renunciar a los temas que se han convertido en señas de identidad del Modernismo. Al mismo tiempo, aparece en su obra la poesía cívica, con poemas como A Roosevelt, una línea que se acentuará en El canto errante (1907) y en Canto a la Argentina y otros poemas (1914). El sesgo intimista de su obra se acentúa, en cambio, en Poema del otoño y otros poemas (1910), en que se muestra una sencillez formal sorprendente en su obra.

No todos los poemas de Darío fueron recogidos en libros en vida del poeta. Muchos de ellos, aparecidos únicamente en publicaciones periódicas, fueron recopilados después de su muerte. Un ejemplo, representativo de su etapa de madurez literaria, es Los motivos del lobo, publicada en Mundial Magazine en 1913, tres años antes de la muerte de Darío. (I)