Murió Eduardo Galeano, referencia intelectual de la izquierda de América Latina
El uruguayo Eduardo Galeano falleció este lunes a los 74 años de edad, en un centro hospitalario de Montevideo, donde fue internado desde hacía varios días debido al agravamiento de su estado de salud como consecuencia de un cáncer de pulmón.
Tajante en sus opiniones, radical en sus conceptos, sin tapujos para redactar, el escritor, periodista y editor buscó espacio para la voz de los más desfavorecidos, las víctimas políticas de los gobiernos militares, y hasta de la naturaleza. Las palabras sencillas -y un poco de ironía- eran su secreto, según destaca la agencia Reuters.
"Busco un lenguaje no solemne que permita pensar, sentir y divertirse, no habitual en los discursos de izquierda", dijo en mayo de 2012 al diario español El País antes de presentar su libro Los hijos de los días, que reúne 366 historias tanto de personas anónimas como conocidas, una para cada día del año.
Eduardo Hughes Galeano, nacido el 3 de septiembre de 1940, estuvo comprometido con las causas de la izquierda que ha hurgado, a lo largo de su obra, en las profundidades y los contrastes de América Latina.
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Pese a reconocer su afinidad con la ideología de izquierda, desdeñaba la etiqueta de escritor político: "Es algo que rechazo, porque me limita y amenaza con convertirme en un autor panfletario, a las órdenes de algún partido o alguna religión, y eso no tiene nada que ver conmigo".
Pero le fue difícil evitarlo, tras la publicación en 1971 de su obra más emblemática, el ensayo Las venas abiertas de América Latina, en el que denunció la opresión y amargura del continente. Traducido a una veintena de idiomas, el libro intenta -según palabras del propio Galeano- "explorar la historia para impulsar a hacerla".
En abril de 2009, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez entregó un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina al presidente estadounidense Barack Obama, durante la quinta Cumbre de las Américas, celebrada en Puerto España, Trinidad y Tobago.
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"Las venas... fue un punto de partida, no de llegada. A partir de ahí fui desarrollando un lenguaje propio. Abarqué otros estados, otros perfiles, otros temas de la realidad", dijo en febrero de 2013 en una entrevista con el Colectivo de Escritores Aristóteles de España.
¨Pero también comentó hace un año en una rueda de prensa en Brasilia que "no sería capaz de leerlo de nuevo. Caería desmayado. Para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado al hospital".
Galeano, que vivió hasta su muerte en la capital de su país, Montevideo, falleció tras varios años de batallar contra un cáncer de pulmón que deterioró su salud. "Somos un instantito nada más en la memoria del tiempo", dijo a El País de Madrid en mayo de 2004.
En su juventud, antes de escribir su primera crítica de cine, tuvo varios oficios: "Quise ser jugador de fútbol, como todos los uruguayos, pero era un pata de palo terrible. Quise ser pintor, dibujante, muchísimas cosas y trabajé en muchas. Fui obrero en una fábrica, cobrador, dibujante de letras, etcétera".
También probó como caricaturista. De hecho inició su carrera periodística a los 14 años, cuando publicó su primera caricatura en el semanario El Sol, del Partido Socialista uruguayo, bajo la firma de "Gius", onomatopeya irónica de su primer apellido de origen galés.
El escritor, cuya educación formal no superó el primer año de secundaria, afirmaba haber aprendido el arte de narrar en los viejos cafés de Montevideo, de los cuales era afecto y consuetudinario visitante.
Correa: ¡Las venas de América Latina están abiertas por tu partida, querido Eduardo!"
"En los cafés descubrí que el pasado era presente y que la memoria podía ser contada de tal manera que dejara de ser ayer para convertirse en ahora", añadió entonces ese mago de las palabras, que cautivaba con sus letras y con su voz. (I)