La muestra "Historias fugaces", que este viernes abrió sus puertas en la ciudad española de Gijón (norte), incluye obras de once artistas iberoamericanos del vídeo y el cine que desde perspectivas personalistas han abordado distintos aspectos de la memoria histórica de sus países.

La exposición, que estará abierta al público hasta el 30 de octubre, es la tercera de este tipo que organiza el espacio Universo Vídeo y ha sido comisariada por la escritora ecuatoriana y asesora en proyectos culturales María del Carmen Carrión, que ha tomado como "hilo conductor" la reconstrucción de la memoria.

Estos vídeos "se centran en historias breves, contadas desde diversas estrategias, a veces con recreaciones de momentos de la historia familiar y colectiva y con gestos menores realizados para la cámara", explicó Carrión en la presentación de la muestra.

La comisaria dijo que "la recuperación de la memoria de las personas ha permitido desarrollar narrativas testimoniales, reflexionar sobre acontecimientos colectivos y abrir la posibilidad de denunciar las tensiones sociales colaterales".

El vídeo "Matamoros", del mexicano Eduardo Aragón, analiza el problema del narcotráfico en una "performance" que reproduce el viaje habitual de un hombre humilde que atraviesa el país hasta la frontera con Estados Unidos llevando droga, con una narrativa evocadora en la que el paisaje cobra un protagonismo especial.

Una escena cotidiana de adolescentes que se bañaban en un arroyo el marco del conflicto entre el Ejército y las FARC, es el eje del discurso visual confeccionado por el colombiano Wilson Díaz, en una obra que diluye la frontera entre el realismo del documental y la ficción.

La boliviana Claudia Joskowics ha dado un nuevo giro de tuerca a la historia sobre la muerte a tiros de los ladrones de bancos Butch Cassidy y Sundance Kid, ocurrida en un pequeño pueblo del sur de Bolivia en 1905.

Por su parte, el colombiano Óscar Muñiz ha propuesto en su obra "Re/trato" una reflexión sobre las imágenes del conflicto en su país.

"Return", del argentino Miguel Ángel Ríos, es una metáfora de las dinámicas de poder, control, competencia e invasión que caracterizan la estructura social, que se cuenta desde una aparentemente inocente competición de jugadores de trompos.

El compendio de las "Historias fugaces" se ha elaborado con los trabajos, entre otros, de Eduardo Aragón (México, 1985), Mariana Castillo Deball (México, 1975), Alejandro Cesarco (Montevideo, 1975), Wilson Díaz (Pitalito, Colombia 1963) y Claudia Joskowics (Santa Cruz de la Siera, Bolivia, 1968).

Completan la lista Marcellvs L. (Belo Horizonte, Brasil, 1980), Oscar Muñoz (Popayán, Colombia, 1951), Miguel Ángel Ríos (Catamarca, Argentina, 1943), Melanie Smith (Poole, Inglaterra, 1965), Raquel Schefer (Oporto, Portugal, 1981) y Javier Téllez (Valencia, Venezuela, 1964).