Lupe Álvarez pulsa a definir “Qué es arte”
La noche del pasado lunes, la crítica cubana y catedrática del ITAE, Lupe Álvarez, radicada desde hace varios años en Guayaquil, dictó la charla “¿Qué es arte?”, organizada por la Galería NoMínimo.
Álvarez, que empezó aclarando que era imposible llegar a una definición única, explicó, a través de ejemplos de arte contemporáneo, que a partir de la segunda mitad del siglo XX se volvió imposible estudiar el arte desde los esquemas convencionales que ofrece la disciplina de la historia, porque “la historia del arte, inventada por los alemanes, está organizada según dos categorías: periodicidad y estilo”, lo que, según la profesora cubana, es imposible lograr hoy en día, para lo cual cita a Hal Foster: “El Arte Contemporáneo se define desde la heterogeneidad”.
Sin embargo, advierte que la visión global sobre cómo ver el arte está marcada por un evidente dominio de la cultura occidental sobre las demás. Ejemplificaba que “al estudiar el arte de Oriente Medio, no se lo hace desde su historia, sino desde (otras) zonas culturales”, en ese sentido, citaba a Pamela Lee, crítica contemporánea estadounidense, que llamaba a esto el “síndrome blanco en movimiento”.
Pero, según Álvarez, esa visión eurocéntrica no se remite a la historia, incluso en tiempos de la globalización. Reforzó esa teoría al comentar que “la Revista October en 2009 envió una encuesta a 70 críticos y curadores reconocidos, pero solo de Europa y Estados Unidos, para establecer qué era el arte contemporáneo”.
Siguiendo la línea de advertir sobre ese dominio occidental en cuanto a las nociones del estudio del arte, Álvarez se muestra cercana a la historiadora asiática Miwon Kwon, quien dice que una de las características más importantes a la hora de definir el arte es que “es un sitio de tensión entre las diferentes formaciones de conocimientos y tradiciones”.
Para reafirmar lo dicho por Kwon, Álvarez ubica un escenario de tensión en el actual debate que se desarrolla localmente en torno a la Universidad de las Artes.
Según Álvarez, las manifestaciones locales en este periodo están muy lejos del arte activista y desde las ciencias sociales que se plantea en el proyecto del próximo centro de educación superior. Y se pregunta: “¿Qué va a pasar con el arte que ya existe en Guayaquil, Quito o Cuenca?”, pues sostiene “que cada una de estas ciudades tiene una producción que la caracteriza”.
Volviendo al arte contemporáneo, Álvarez refiere que existen teorías que dicen que hoy se le da más valor a la institucionalidad, lo que está vinculado con la llegada del artista a un “grado expo”. Quien no sepa venderse, dice Álvarez, no está en nada, aunque sea el mejor artista del mundo, lo que evidencia que en el mundo artístico se vive “una era financiera de la circulación de signos”.
En ese sentido, también habló de cómo a las manifestaciones de arte urbano les cuesta llegar a ser legitimadas: “le cuesta adquirir valor a aquello que no se muestra en exposiciones”.
Sin embargo, ubica que estas manifestaciones urbanas, callejeras, suelen provocar rupturas importantes en el ciudadano, y cita la obra “Untitled”, de Maruzio Cattelan, compuesta por tres reproducciones de niños que penden colgados de un árbol. “Esto es tan viejo como Sócrates: La provocación genera discusión”.