“Los viejos piratas les temen a los nuevos piratas”
El caricaturista argentino Miguel Repiso -más conocido como “Rep”- acudió al VI Congreso Internacional de la Lengua Española en Panamá.
Rep opina que éste es un congreso sobre “una de las patrias más necesarias, la lengua”. Es que el dibujante ve el idioma como una herramienta de reflexión histórica sobre los pueblo que lo hablan.
Uno de los temas que dominaron las discusiones en el Congreso fue el del cada vez más común hábito de leer en dispositivos digitales, en lugar del papel.
“Ahora se lee con menos paciencia, pero se lee más. ¿Calidad? Ese es otro tema de discusión”Es un tema que surge mientras -dice la RAE- hay más de 200.000 títulos en español disponibles de manera gratuita en internet. Las versiones digitales de los libros ya le hacen sentir calor a las grandes editoriales en español, que también intentan mirar hacia otros destinos.
Para Rep, el Congreso no debería dejarse “avasallar por el mercado en su agenda de debates”, como ha ocurrido en Panamá. “Eso habla de cómo la industria editorial y el poder empresarial dominan los Congresos de la Lengua”, dice Rep, y agrega que hay mucho miedo en el mercado editorial: “Los viejos piratas temen a los nuevos piratas”.
Y aunque dice que él prefiere la lectura en papel -se considera “analógico en lectura”-, Rep opina que ahora se lee más que antes.
Lo que ha cambiado -dice- “es la costumbre de leer largo. Hoy es fragmentado, con menos concentración”. Y considera grave: “En los siglos XIX, XX y XXI se lee con menos paciencia que en el tiempo del Quijote, pero se lee cada vez más”, y se pregunta “¿Calidad? ¿Profundización? Esa es otra discusión”.
DATOS
El VI Congreso Internacional de la Lengua, se terminó el pasado miércoles, luego de 4 días de discusiones entre expertos del idioma, en torno al español en el libro. La cita se celebra cada tres años.
La primera edición de este encuentro se llevó a cabo en Zacatecas (México) en 1997. En aquella ocasión trascendió el discurso de Gabriel García Márquez, “Botella al mar para el dios de la palabra”.
El viceministro de Educación ecuatoriano, Freddy Peñafiel, ofreció una disertación el pasado miércoles, en una mesa sobre políticas públicas en torno a la lectura.Para Rep, tener de manera permanente una luz detrás de la pantalla es más cansado que leer en la opacidad del papel. Sin embargo, explica que “hay brillanteces y opacidades en cualquier lectura, esté en el formato que esté”.
Y mientras el mercado editorial intenta que el mundo se ponga en contra de la piratería -que, depende del contexto, podría hablarse de libre circulación de contenidos-, Rep esboza la forma en que los autores deberían encarar la situación.
Para el caricaturista, hay que estar alertas, “como siempre, y utilizar los cambios tecnológicos a favor, cuando se pueda”.
Y es que está convencido de que si bien con la tecnología “algo va a cambiar”, cree que “aún las generaciones que están vivas hoy, piensan en el libro de papel como destinatario de sus obras”.
Si bien Rep habla de cómo el debate lo dominó el mercado, el caricaturista afirma que “aprendí mucho acerca de la lengua. La nuestra, no la mía, que tengo bastante sucia de tanto sacarla”.
Y justamente de aprendizaje habla la Academia Cubana de la Lengua, tras el encuentro al que ha considerado como “enriquecedor”.
La visión cubana
La visión cubana sobre ese acontecimiento -que se repite cada tres años- es positiva pues en realidad los escritores, académicos y periodistas que desempeñaron papeles activos en los paneles y mesas redondas, abordaron con profundidad los temas puestos a discusión.
Esa es la apreciación de Nancy Morejón, directora de la Academia Cubana de la Lengua y jefa de la delegación, a quien acompañaron la doctora Ana María González Mafud y Rogelio Rodríguez Coronel, decano de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
Morejón dijo que estos encuentros trazan una perspectiva amplia en el sentido de lo cultural y la lengua, con sus dos vertientes en el mundo de las academias como son los escritores por una parte, y todo el que tiene que ver con el trabajo de lexicografía en la fijación de la lengua a través de los tiempos.
“Pienso que los académicos somos como unos notarios de la lengua porque, aunque ésta la hacen los pueblos, somos nosotros los que tenemos la responsabilidad histórica de fijar sus características y decir por qué camino se va y por cuál no”, afirmó Morejón.
Su compatriota González Mafud opinó que fue un congreso enriquecedor que analizó el libro no solo desde la perspectiva del producto a comercializar, sino como instrumento que permite divulgar resultados de la ciencia, del desarrollo del hombre y la sociedad en general.
“Hay quien dice que internet es la apoteosis de la lectura, pero falta un aspecto que se ha puesto de manifiesto en este congreso, que es la importancia de la educación y la enseñanza, pues no todos tienen acceso a esa tecnología”, explicó.