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El Telégrafo
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Lars von Trier regresa a Cannes con The House that Jack Built

En 2011, Lars von Trier expresó su “simpatía” por Hitler durante una rueda de prensa. A pesar de disculparse fue declarado persona non grata.
En 2011, Lars von Trier expresó su “simpatía” por Hitler durante una rueda de prensa. A pesar de disculparse fue declarado persona non grata.
Foto: AFP
16 de mayo de 2018 - 00:00 - AFP

Siete años después de haber provocado uno de los peores escándalos del Festival de Cannes, el cineasta danés Lars von Trier regresó este lunes a la Croisette por la puerta de atrás con The House that Jack Built.

El filme, en el que Matt Dillon encarna a un asesino en serie, fue presentado fuera de competición por la noche y no se programó ninguna rueda de prensa.

Antes de la proyección de la cinta, el director danés se limitó a decir que esperaba que los espectadores vieran que su nuevo filme “es quizá un poco diferente”.

La proyección no estuvo exenta de gritos de terror o de disgusto ante algunas imágenes particularmente chocantes, que llevaron a algunos espectadores a taparse los ojos o incluso a abandonar la sala.

En la película, el espectador va descubriendo el pensamiento de Jack, un asesino en serie que quiere hacer de sus crímenes obras de arte, a través de su conversación con un desconocido.

El protagonista recorre kilómetros en su camioneta con música pegadiza de fondo, desde “Fame” de David Bowie a “Hit the Road Jack”. Pero, a medida que la película avanza y que se van describiendo sus crímenes, el horror se va apoderando de la sala.

Conocido por sus escenas de sexo y de violencia en ocasiones extremas, a Lars von Trier no lo echa para atrás ningún tabú, produciendo imágenes de cuerpos descuartizados o mutilados.

En 2011, Lars von Trier expresó su “simpatía” por Hitler durante la rueda de prensa de Melancolía. A pesar de pedir disculpas, fue declarado persona no grata en Cannes, una sanción sin precedentes.

Aún así, su filme fue mantenido en la competición y Kirsten Dunst se alzó con el premio a la mejor interpretación por su papel de una novia depresiva. Desde aquel escándalo, el director danés, Palma de Oro en 2000 por Bailar en la oscuridad, nunca había vuelto al Festival de Cannes.

Sin comentar su invitación a Cannes, el cineasta, de 62 años, dijo recientemente que lamentaba sus declaraciones de 2011. “Nunca fui ni nunca seré nazi”, afirmó cuando recibió el más prestigioso premio danés a una personalidad de la cultura. (I)   

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