15 obras serán presentadas en la casa de la cultura de quito
La muestra de Guerrero rinde honor a su abuelo
Javier Guerrero (Riobamba, 1961) nunca fue bueno para las artes manuales antes de 2000. En la escuela, sus recuerdos con el dibujo son aún decepcionantes.
A diferencia de su abuelo, José Enrique Guerrero Portilla, quien fue considerado el ‘pintor de Quito’ por el poeta y periodista ecuatoriano Alejandro Carrión, él descubrió su habilidad por el arte luego de haber estudiado medicina y salir del país.
En 1989, Javier Guerrero decidió dejar Ecuador. Luego de haber militado durante un breve período con la agrupación Alfaro Vive Carajo y pasar unos meses en el penal García Moreno, su situación personal era de angustia, “de no saber qué hacer y querer salir por un tiempo”.
En 1999, cuando decidió volver al país con la intención de quedarse, se dio cuenta de que Ecuador ya no era más su lugar.
En Curitiba, Brasil, donde radica hace 25 años, empieza sus primeros esbozos en mosaico, una técnica trabajada a partir de trozos de piedras que van completando su forma. Guerrero aprendió a dibujar y a darle forma a las piedras. En esta técnica vio las posibilidades de desarrollar trabajos más artísticos que artesanales.
Hace un mes prepara las 15 obras que presentará en Ecuador, en abril. La Casa de la Cultura, de Quito, será el escenario del homenaje a su abuelo. En esta muestra denominada ‘Guerrero por Guerrero’ presentará 15 obras, las cuales son relecturas de los cuadros del maestro José Enrique Guerrero, comenta. Seis de los trabajos que exhibirá fueron expuestos en la Cinemateca de Curitiba y en el Salón Cervantes de Sao Paulo.
Su trabajo se centra en temáticas políticas y sociales. Tal es el caso del cuadro ‘Liberdade de expressão’, ‘El Brasil contra el hambre’ o el cuadro que realiza en homenaje a las luchas de los profesores contra la dictadura cívico-militar a pedido del Sinpro ABC. “Busco contar lo que mis ojos ven, lo que mi corazón siente y lo que mi razón me dice que debo hacer. No soy panfletario porque, como decía el maestro Cándido Portinari: ‘El arte es arte o es mierda”.