Pablo Ramos Rivero, especialista cubano en Educación en la comunicación, falleció a los 62 años a causa de un  infarto, el viernes 24 de mayo, en Mérida, Venezuela; participaba en  el III Festival Internacional de Cine de esa localidad.

Ejercía el cargo de jefe del Departamento de Investigaciones del Instituto del Arte y la Industria Cinematográfica de Cuba (Icaic). Creó y coordinó por 25 años la Red Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano (Unial), entidad que le rindió un homenaje póstumo ayer, en La Habana.

Desde su formación en psicología y comunicación, analizó el modo en que operan los discursos ideológicos dirigidos a la niñez en los medios audiovisuales.

Sobre estos afirmaba que imponen universos simbólicos con una perspectiva adulta, muchas veces ajena a las necesidades del desarrollo infantil. “Los grandes centros transnacionales de la información ven en el niño un consumidor, no solo en el mercado de sueños, sino también en el mercado de bienes”.

También sostenía que, en menor medida, los “poderes políticos ven a la infancia como un blanco de  manipulación ideológica”.

Consciente de que la imagen conforma y estructura las formas en que se percibe y se da significado a la realidad, urgió -además- a la creación de programas educativos que consideraran la enseñanza del lenguaje audiovisual y el uso consecuente de los medios en  la formación docente y a nivel escolar.

Entre  sus publicaciones sobre estos temas, están: “Para verte mejor... Para oírte mejor... Una aproximación a la relación televisión/escuela”; “Tres décadas de educomunicación en América Latina: Los caminos del plan DENI”; y “El audiovisual y la niñez”, que brinda una visión de varios  aspectos de la compleja relación de la niñez con el mundo audiovisual, y reflexiona sobre la participación de los niños en los medios de comunicación.

Activamente promovió la  interacción de los niños en una cultura icónica, a través de  los  proyectos de educación para los medios: Génesis (producción multimedia), Diagnóstico sobre el video popular en América Latina (1996-97) y Géminis (educación comunitaria), auspiciados por la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (Oclacc), Unesco, Unicef  y Onusida. En 2006 la Unión Católica Internacional de Prensa le otorgó el  Premio Internacional de Educomunicación.