Unas 1.500 personas, entre ellas grandes cocineros suizos y franceses, rindieron el viernes en Lausana un último homenaje al 'chef' francosuizo Benoît Violier, que se suicidó la semana pasada a los 44 años.

Su restaurante L'Hôtel de Ville de Crissier, con tres estrellas en la prestigiosa guía Michelin, había sido considerado mejor restaurante del mundo por el palmarés "La Liste" de las "mil mesas de excepción" en todo el planeta.

Varios chefs de reputación mundial, como Frédy Girardet y Joel Robuchon, estaban presentes en la catedral de Lausana, junto a la mujer y el hijo del fallecido.

El entierro se llevará a cabo el sábado en Saintes (oeste de Francia), la ciudad natal de Benoît Violier.

Hijo de viticultor, Violier ya había sido consagrado chef del año 2013 por la edición suiza de la guía Gault&Millau. Era un cazador apasionado y especialista en la preparación de carne de caza. (I)