Entrevista / Juan Martín Cueva / director ejecutivo del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador
"La decisión del CNCine no pone en riesgo ningún desembolso del año anterior"
A inicios de enero de este año el Ministerio de Finanzas informó al Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine) que los recursos de inversión con los que cuenta para 2016 son de $ 1’500.000, lo que significa una reducción del 59,6% del presupuesto, en relación a los $ 3’715.000 que recibieron en 2015.
Frente a esta coyuntura económica, el CNCine implementó medidas como la racionalización del recurso humano y la suspensión de la actual convocatoria del Fondo de Fomento Cinematográfico (FFC); además, garantizó que los compromisos pendientes del FFC de 2015 serán atendidos con normalidad. Juan Martín Cueva, titular del CNCine, habla sobre la situación.
¿Fue inapelable en su momento la decisión por parte del Ministerio de Finanzas de reajustar presupuestariamente al CNCine, en relación al monto de 2015?
El procedimiento en el sector público es el siguiente: a fines de año se establece el techo presupuestario referencial que tendrá cada institución el siguiente año.
Con esas cifras se trabaja la planificación presupuestaria. Según esa información íbamos a tener un recorte del 17%, lo cual entendimos perfectamente por la situación general. A fines de diciembre nos anuncian que el recorte va a ser mayor, del orden de 25%. Con ese escenario, presupuestamos 2016 y planteamos unas prioridades de gestión, que deben ser aprobadas por el Consejo Directivo del CNCine, según lo establece la ley. Convocamos para el 8 de enero una sesión de dicho Consejo para ese efecto. El 4 de enero nos anuncian que el techo presupuestario es de $ 1’500.000, lo cual significa un recorte del 60%. Ese es el escenario que enfrentó el Consejo Directivo en la primera reunión anual. Después de eso ha habido varias reuniones y en la última, el día 18, se asumió la posición expresada en el pronunciamiento que se hizo público.
¿Cuáles fueron los criterios de optimización de los recursos humanos (salarios, reducción de personal) que adoptaron frente a esta coyuntura?
Nos pareció necesario tomar medidas decididas, pues no tiene sentido invertir lo mismo que en años anteriores para administrar un presupuesto, y por ende proyectos de gestión y actividades mucho menores. Decidimos entonces prescindir de los servicios de 7 funcionarios y revisar los niveles salariales de 2 compañeras, generando un ahorro aproximado de $ 130 mil, lo cual nos permitía inyectar algo más de recursos a los proyectos y actividades; pero no nos dejaba disponibilidad suficiente para convocar al FFC como manda la ley.
Hay que precisar que algo más de $ 680 mil se están gestionando con absoluta normalidad en los proyectos beneficiarios del FFC 2015, y alrededor de $ 580 mil en otras iniciativas y en operación. Es decir que los recursos disponibles en 2016 son recursos frescos; la institución está trabajando normalmente y los proyectos de inversión y actividades financiadas con presupuesto del año anterior están avanzando. Es importante señalar esto porque hay inquietud en algunos beneficiarios del FFC 2015: la decisión del Consejo, que consiste en no convocar por el momento al FFC 2016, no pone en riesgo ningún desembolso del año anterior, son proyectos que han firmado un convenio de ejecución y se están desarrollando, con garantía absoluta de que los recursos comprometidos por el Estado les serán entregados en función de sus cronogramas.
En las condiciones del actual presupuesto, ¿de qué forma se establecerá la cooperación a escala nacional o regional para compensar la diferencia con años pasados? ¿Ya existen acuerdos?
Somos parte de una serie de programas de coproducción y de cooperación con diversos países, y también multilaterales, como Ibermedia y DocTV. En Ibermedia hay 11 proyectos de largometraje actualmente en desarrollo y en coproducción, y en DocTV se está filmando el documental ganador por parte de Ecuador.
Internamente, debemos establecer acuerdos con diversas instituciones para financiar la convocatoria del FFC. Esta crisis la estamos tomando como una oportunidad para buscar de manera más creativa fuentes, mecanismos y modalidades de fomento que hasta aquí no han existido. Hemos dicho desde hace mucho tiempo que una de las carencias de la actual legislación es que los recursos para el FFC dependen exclusivamente del presupuesto general del Estado.
El escenario, además, coincide con el trámite de aprobación de la Ley Orgánica de Cultura, proyecto al cual justamente el sector cinematográfico ha aportado con la experiencia que tenemos en mecanismos de fomento. En el proyecto se han incorporado propuestas para potenciar, diversificar y actualizar las políticas de fomento. Por eso la perspectiva de la vigencia de la Ley de Cultura en el corto plazo es algo muy positivo para nosotros, porque supera las limitaciones de la actual legislación y establece mecanismos de incentivo y estímulo a la inversión privada en cultura y en particular en producción de cine.
El CNCine se convertiría en un instituto a través de La Ley de Cultura, ¿esta nueva norma ayudaría a sobrellevar la situación económica actual?
Por supuesto, tras 10 años de funcionamiento como Consejo, la institución se dotará de mayores competencias, ampliará su ámbito de gestión y el Estado contará con capacidades de regulación y control, que tanta falta nos han hecho en esta década. Algo que nos gusta escuchar de boca del Ministerio de Cultura es que las experiencias exitosas y los modelos que han probado que funcionan deben potenciarse. Es el caso del CNCine sin lugar a dudas. Los resultados de estos 9 años de gestión del fomento de la cinematografía desde lo público demuestran que modelos como el FFC deben ser replicados y emulados en otros ámbitos de la creación artística y de la producción cultural. Son los mecanismos más transparentes y técnicos que se han puesto en práctica en un escenario de instituciones culturales anquilosadas y una ausencia total de sistema, de procesos, de articulación. Por eso es tan importante que empiece a funcionar el Sistema Nacional de Cultura, para potenciar estas experiencias y superar realmente la yuxtaposición de ámbitos de gestión y competencias que ha imperado en el sector cultura en ausencia de una entidad rectora y de una ley que organice toda la institucionalidad del sector.
¿Qué efectos tendría en la producción cinematográfica del país el que se postergue la convocatoria al FFC, hasta que se apruebe la Ley de Cultura y el nuevo organismo encargado de asignar los fondos?
Obviamente habrá un frenazo en algunos proyectos que contaban, a priori, con postular en el primer semestre del año al FFC. Pero vale la pena recordar que la dinámica que se ha conseguido tras 10 años de fomento público a la cinematografía permite que se desarrollen muchos proyectos sin contar con fondos públicos. Por otro lado, quiero insistir en lo mencionado anteriormente: 62 proyectos están en proceso de ejecución desde el año anterior, la producción cinematográfica implica procesos que abarcan, en la mayor parte de los casos, mucho más de un año. Todos esos proyectos seguirán avanzando. Lo único que está pasando es que se posterga por unos meses la convocatoria del FFC, que nunca ha tenido fecha fija a principios de año: en 2007 se convocó en el segundo semestre, en 2013 se hizo una convocatoria parcial y se la completó en el segundo semestre. Más bien es impresionante la cantidad de películas que ahora se están terminando o ya están listas para entrar a distribución. Hemos contabilizado 37 proyectos que están en esas etapas, únicamente largometrajes. Se ha llegado a una velocidad de crucero, el volumen de producción alcanzado sigue registrando la misma dinámica de aceleración y fortalecimiento. Se están asentando las bases de una verdadera industria cultural que no solo que aporta a la economía nacional, sino que exporta obras y servicios, pero que sobre todo enriquece nuestros imaginarios y fortalece las expresiones de nuestra diversidad cultural.
De otro lado, atendiendo a un tema actual, ¿qué opina sobre los reclamos que ha hecho el equipo de producción de la película Los ángeles no tienen alas, de Enrique Boh, en cuanto a que no se les ha pagado sus remuneraciones?
No puedo opinar sobre casos concretos ni detalles del asunto. Me remito a los hechos: ese largometraje obtuvo un estímulo a la producción del FFC en 2012, tuvo muchas dificultades para completar su financiamiento, fue objeto de 3 prórrogas en su ejecución, autorizadas por la institución, y ahora está en trámite de cierre en el CNCine, que aún no ha realizado el segundo desembolso. El rodaje se realizó en su totalidad. Hay que dejar en claro que el CNCine no es una instancia de resolución judicial de controversias económicas ni laborales. A nadie le conviene que un largometraje nacional tenga problemas, ni a los productores, ni a quienes fueron contratados para este proyecto, ni al sector en su conjunto ni al CNCine. Esperamos, y estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance como instancia de mediación informal, para que los diferendos se puedan resolver.
No es la primera película que tiene problemas, ni siquiera de las que han tenido fondos del FFC, y siempre se ha logrado resolver estas situaciones. El CNCine, a través del FFC, ha apoyado a más de 500 proyectos. Uno solo, un cortometraje, ha tenido que devolver los montos entregados y no se ha podido ejecutar. Eso indica que los mecanismos de seguimiento, control y verificación de cumplimiento funcionan muy bien. En todo el mundo, en el ámbito complejo de la producción cinematográfica, hay casos problemáticos. (I)