Alfons Hug y Ticio Escobar como curadores principales; Adriana Almada y Paz Guevara, cocuradoras; Alberto Saraiva con la curaduría nacional, y Artur Freitas, Eliane Prolik y Simone Landal, encargados de la selección de los artistas locales (del Estado de Paraná), son los responsables de la sexta edición de Ventosul Bienal de Curitiba.

Este encuentro se está desarrollando bajo el título de Más allá de la crisis, y ya se ha decidido incluir a la ecuatoriana Graciela Guerrero con su videoarte Auge y decadencia de América Latina, una videoinstalación que acentúa el carácter tragicómico del trabajo de la artista. 

En la bienal que se desarrollará entre el 17 de septiembre y el 19 de noviembre, el proyecto educativo ha sido confiado a Denise Bandeira y Sônia Tramujas. Los curadores generales han indicado que el concepto de crisis ha sido tomado en su sentido más instigador y sugerente, como momento crucial que, ante un cambio brusco de paradigma, exige decisiones, posiciones e imágenes nuevas.

Añaden que “más allá” puede aludir a que, en sentido estricto, el momento crítico ya pasó; o bien a la necesidad de considerar otros lugares desde donde asumir y enfrentar la crisis, de modo creativo y diferente; o, incluso, podría marcar la exigencia de imaginar un espacio-tiempo fuera del espacio crítico, aunque impulsado por él.

El trabajo de Guerrero permite realizar, a través de representaciones de violencia que atraviesa la cotidianidad, una jovial indagación entorno a distintas facetas de conflictividad social. Logra reelaboraciones en diversos medios (video, escultura e instalación) que potencian la contaminación estética de repertorios de imágenes perversamente manipuladas desde la comunicación de masas, el entretenimiento y la cultura popular.

Tras su poética guiada por el juego opera un agazapado filo crítico que, como un espejo, devuelve a manera de símbolos significativos matices de, según lo asume la crítica, disparatado legado histórico de la actualidad.

En la videoinstalación que presentará en Brasil que fue parte de su muestra El sueño de Bolívar produce monstruos, en palabras de Rodolfo Kronfle, fiscal de esa exhibición, Guerrero “hilvana una gran metáfora del devenir del panamericanismo a la luz del crispado escenario ideológico de la región; lo hace a través de unos poquísimos referentes culturales que realmente comparten los países de esta "vecindad": El Chavo del 8”. Es un trabajo que desde que se exhibió en la Galería DPM interpela a su espectador sobre cómo los imaginarios del día a día transmiten violencia.

En su momento, la videoinstalación fue también exhibida en Cuenca en una reposición  de El sueño de Bolívar produce monstruos (agosto de 2010). En ese momento el crítico Cristóbal Zapata dijo: “Pero en ningún caso es más clara la apelación a la parábola que en su videoinstalación Auge y decadencia de América Latina (cuatro videos mono-canal en loop), donde la artista usurpa y ralentiza cuatro secuencias de la conocida serie mexicana El Chavo del Ocho... En un primer momento parece difícil encajar estas tomas dentro del conjunto, pero el título resulta una buena pista para aventurar una lectura”.

La artista ha ganado varias distinciones

Graciela Guerrero estudió arte con mención en escultura en el Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador. Ha participado en varias muestras dentro y fuera del país.

Se ha destacado en múltiples ocasiones por sus obras participantes de diversos certámenes de pintura dentro de Ecuador.

La primera distinción fue el  Primer Premio -colectivo- del concurso  Artes Alternativas del Festival de artes al aire libre Guayaquil (FAAL) en 2006 con la obra Lechugines (palenque 2000).

En 2010, con la pintura De lo Espiritual en el Arte ganó el Premio Revelación del Salón de Octubre.