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El Telégrafo
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Su taller está situado en la calle antonio clavijo, al suroccidente de la capital tungurahuense, cerca del seminario mayor

Freire hizo del taraceo un arte en Ambato

el retrato del papa Francisco es uno de los recientes trabajos de Marco Freire, pero no será el último. Tiene en mente a otros personajes de fama mundial. Roberto Chávez / El Telégrafo
el retrato del papa Francisco es uno de los recientes trabajos de Marco Freire, pero no será el último. Tiene en mente a otros personajes de fama mundial. Roberto Chávez / El Telégrafo
24 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Sorpresa y admiración experimentan quienes visitan el taller de Marco Freire, ubicado en la zona alta de Ambato a un costado de la vía ecológica que se conecta a la capital provincial con la parroquia rural Santa Rosa.

Freire es un artista quiteño que se estableció definitivamente en esta ciudad comercial hace más de 30 años. Algo cansado de experimentar con diversos métodos se decidió por uno muy singular.

Realiza retratos de artistas y personajes famosos, nacionales y extranjeros, con retazos geométricos de madera preferentemente rectangulares.

Su técnica de taraceado implica mucha paciencia, observación aguda y precisión envidiable para pegar milimétricamente hasta 2 mil piezas por obra para conseguir darles ese toque de claridad, profundidad y sombras.

La taracea es una técnica decorativa, basada en la incrustación de elementos de cierto material para formar un diseño decorativo. El vocablo proviene del árabe.

En la galería privada de Freire, que ahora se ha propuesto visibilizar en el Ecuador y el mundo, hay por lo menos 35 cuadros pequeños (40 por 60 cm) y grandes (1,20 por 1,60 metros) de gente nada común como Julio Jaramillo, el papa Francisco, Carlos Gardel, Marilyn Monroe, John F. Kennedy, John Wayne y el rey Pelé.

Además, de Abraham Lincoln, el rey Felipe, Lady Diana, el futbolista insigne Alberto Spencer, Martin Luther King, Raphael, Paul Newman, el príncipe Carlos, los príncipes de Mónaco, Brigitte Bardot, Elvis Presley, afiche de la película Lo que el viento se llevó, etc.

“Esta técnica es nueva porque utiliza los diversos tonos de muchas maderas con las que capturo los gestos y las sombras en los rostros que luego se copian de dibujos y de fotografías reales.

Como artista me inicié con trabajos en óleo y en plumilla, pero en el Ecuador hay grandes exponentes en estas destrezas, por eso busqué un estilo propio: el taraceo”, explica Freire, mientras sostiene con las manos su primer trabajo. Se trata del cuadro del máximo exponente del tango, Carlos Gardel.

Entre gubias y formones

El taller de este artista es amplio, ordenado y silencioso. El aroma a madera de corte reciente se intensifica conforme se adentra en esta estructura que cuenta con piso de cemento, paredes de tabla y techado de eternit.

Allí se retira Freire para trabajar ya sea durante el día, en las tardes, noches y madrugadas. Todo depende de su inspiración y entrega.

Sobre 2 mesas de tablón descansan decenas de herramientas propias de la carpintería profesional. Hay gubias, formones, escoplos y cuchillas, cuyas hojas de hierro acerado brillan cuando la claridad penetra por la única puerta de acceso, muy cerca de la sierra circular.

Los retazos de madera se apilan dentro de cajas en un orden que solo su dueño entiende. Los hay de cedro, laurel, canelo, copal, pino, ciprés, sándalo, colorado, caoba y otras.

En la elaboración de un cuadro pequeño se puede demorar 30 días y 2 meses en uno grande, incluidos los fines de semana.

“Este año me he propuesto socializar mi trabajo, pues mucha gente admira mi labor, pero me critica porque lo tengo escondido”, dice Freire que guarda como un tesoro sus obras en la sala de exhibición que está junto al taller y que se conecta a través de un patio descubierto, por el cual se llega a la vivienda de la familia Freire.

El grupo familiar está formado por 4 integrantes, además de ambos padres está Carolina (24 años) y Marco Jr. (11).

“Este trabajo es muy duro, pero el resultado es espectacular porque se parece muchísimo a la fotografía y merece difundirse y tener el apoyo de las autoridades de cultura. Yo terminé de estudiar diseño industrial y me gusta dibujar y pintar en acrílico. Heredé esto de mi padre”, explica Carolina.

En marzo del 2011, Freire fue invitado a exponer 28 obras en el museo Luis Noboa Naranjo en el centro de Guayaquil.

¿Cómo trabaja?

Freire busca primero la fotografía más apropiada del personaje. Después hace un boceto (conjunto de trazos que define un trabajo) resaltando los rasgos del rostro en cartulina y con plumilla.

“Cuando ya está listo el boceto, empiezo el trabajo con la madera y defino los tonos y tipos que requiero. Los trozos se pegan sobre una placa de madera y los más grandes se enmarcan”, explica Freire.

La extinta princesa de Gales, Lady Diana Frances Spencer, es integrante importante de sus retratos terminados. Incluso hay uno en el que se la aprecia de cuerpo entero. (I)

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