Dos soldados de diferentes naciones cuidan la frontera como uno de sus tesoros más preciados. Conviven casi juntos y de tanto estar cerca uno del otro hasta sus costumbres se asemejan.

Estas son las primeras escenas de la obra Quimera, que retrata la realidad de migración en América Latina  y fue estrenada por el grupo La Trinchera de Manabí, en el marco de  la trigésima primera edición del Festival Internacional de Teatro de Manta (FIM). La puesta en escena se desarrolló la noche del 13 de septiembre en el Centro Cultural La Trinchera.

Los soldados personificados por Freddy Reyes y Pablo Chávez visten ropa verde oliva de camuflaje.  Empiezan cada día sus rituales de milicia, con el aseo personal,  ejercicios, desayuno, la izada de sus banderas y el himno nacional de su territorio. Ambos cuidan celosamente el pedazo de país que les asignaron, aunque llega un momento que no saben a dónde mismo pertenecen.  

Pasan su tiempo entre cuentos y leyendas, además juegan naipes para mantenerse lúcidos, aunque a veces no saben en qué día están, pues la espesura de la vegetación de la frontera les hace perder la noción del tiempo.

Cierto día, cuando los gendarmes estaban en pleno ejercicio de vigilancia, el silencio tétrico de la frontera es interrumpido por un hombre y una mujer que llegan a bordo de su carreta.

 Se trata de dos artistas callejeros que recorren los caminos en busca de una patria. Mientras lo hacen tienen que lidiar en cada frontera con el carácter de los soldados que están a cargo de la vigilancia de los límites de sus territorios patrios.

 Para entretener y ganarse la confianza de los soldados, el hombre y la mujer, encarnados por Rocío Reyes y Hernán Reyes, muestran lo que mejor saben hacer: entretener con sus trucos de magia y una verborrea que sorprende a la platea. Con una madurez actoral sorprendente, Rocío deja volar la imaginación del público que llenó las 300 butacas de la sala.

Cuenta en líneas breves sobre los avatares que viven los ciudadanos de paso, aquellos que migran de país en país en busca de una tierra que los acoja y donde anclarse. “Es difícil ser comprendidos, nos encontramos con soldados de toda índole, unos son menos buenos, otros nos comprenden, pero todos nos preguntan ¿de qué país son ustedes?”, dice. 

La  mujer, entre el sueño y la ilusión, señala eufóricamente que su mundo es una quimera; que busca una patria, pero no la encuentra; y que mientras ello sucede se alegra la vida entre trucos de magia y sonoros discursos que, a veces, son acertijos.

Esa actitud por fuera los llena de alegría, pero por dentro con mucha nostalgia les permite cruzar esa nueva frontera para seguir buscando ese país que se les ha vuelto una Quimera. 

 Los soldados tras la vivencia con los migrantes tratan de reflexionar cuando estos ciudadanos sin patria han seguido su camino sin un norte. Cae la noche, ambos gendarmes se acercan a sus torres de vigilancia, retiran las banderas de las astas de caña guadua, hacen los honores militares, cantan, regresan a sus reducidos dormitorios y dejan caer sus cuerpos en sus camas. Mañana será otro día, tendrán que seguir controlando sus fronteras y mirando a los migrantes tratar de cruzar de un lado al otro en busca de su Quimera. (I)    

Datos

Diez días de teatro

Quimera es una obra escrita por Nixon García, director de La Trinchera y organizador del Festival de Teatro Internacional de Manta.

El festival se extenderá hasta el 22 de septiembre. 

12 grupos de España, Argentina, Venezuela, Uruguay, Portugal y Ecuador se presentan.

Encuentro ampliado

El festival escénico tendrá en Portoviejo una extensión de la fiesta cultural, que será el próximo 16 de septiembre, en el parque Las Vegas, con el grupo Latinoamérica Danza de Manta.