Pocos minutos pasadas las 21:00 los coros en latín de ‘Originem’ recibieron uno a uno a los miembros de la banda. Ariën Van Weesenbeek (batería) y Cohen Jansen (teclados) fueron los primeros en ubicarse en 2 de las 3 tarimas dispuestas sobre el escenario; les siguieron Isaac Delahaye (guitarra), Rob Van De Loo (bajo), Mark Janssen (guturales y guitarra) y, finalmente, Simone Simons, la mezzosoprano que hizo con su voz las delicias del público.

Despliegue de luz y sonido envolvente

El set list fue un misterio hasta el momento mismo de su interpretación. Si el tema de inicio seguido por ‘The Second Stone’ (ambos de su sexto disco —que da nombre a la gira—, The Quantum Enigma), puso de pie al público, temas como ‘The Obsesive Devotion’, ‘Fools of Damnation’ y ‘The Last Cruzade’ (este último escogido por el público) hicieron que el headbanging convierta a los asistentes en remolinos de fuerza. Por momentos era difícil encontrar puños en alto, en contraste, cientos de dispositivos móviles mediaban entre los músicos y los espectadores.

Epica hizo honor a su nombre, el impecable sonido y los matices propios de su música fueron potentes. El público se vio envuelto en un espectáculo que desplegó simpatía luz y color. Era evidente el gran dominio escénico de los músicos: desde los agradecimientos en español de Simons, las interacciones y juegos entre instrumentistas hasta la disposición de los músicos en el escenario que incluía la colocación de ventiladores frente a los micrófonos para crear mayor movimiento mientras ondeaban sus cabelleras.

Menciones especiales merecen el carismático teclista Cohen Jansen (pedagogo del conservatorio de Rotterdam), quien recorrió el escenario con un pintoresco sintetizador portátil y derrochó complicidad con el resto de miembros de la banda. “Ha pasado mucho tiempo, especialmente para mí que no vine la última vez, estuve enfermo (...) Esta es la primera parada en nuestra gira por Latinoamérica y qué manera de empezar”, dijo Jansen.

Por su parte, Ariën Van Weesenbeek (baterista) ofreció al público un contundente solo de batería que duró más de cinco minutos y que no tuvo la respuesta que merecía por parte de los asistentes.

Los requerimientos de la banda

Aparte de los 6 músicos, Epica viaja con un equipo completo de roadies (que incluye sonidistas, encargados de iluminación, seguridad, etc.).

Entre los requerimientos que tuvieron para su presentación se encontraba contar con variedad de frutas, vino, un bufet de comida nacional y agua mineral.

Pese al requerimiento de Simons de contar con un espacio exclusivo para su amplio guardarropas, sorprendió verla lucir un sobrio vestido de coctel durante el show.

Dispositivos de seguridad

En las afueras del Teatro Nacional de la CCE se vio desde media tarde un gran (excesivo, por cierto) despliegue de seguridad, que incluyó un contingente antimotines.

En páginas y noticias relacionadas con el evento se anunciaron las horas de apertura de las puertas y las restricciones de ingreso. El público supo corresponder a un muy bien organizado evento.

Gente de todas las edades y de todos los colores ingresó al teatro y ocupó rigurosamente sus asientos numerados; lo mismo pudo verse a gente vestida con traje formal que a mujeres ataviadas como en una escena gótica: con altas botas, maquillaje negro y corsé. Pocas fueron las localidades que quedaron vacías.

¿Apoyo al talento nacional?

Apenas los relojes marcaron las 20:00 se escucharon los primeros acordes de las guitarras de Yaffa Arellano (también vocalista) y Andrés Aguilar, acompañados por Carlos Sánchez en la batería y Sergio Gamboa en el bajo.

Durante 20 breves pero decidores minutos, Insurgente, la banda quiteña de apertura, interpeló al público. “Nosotros ensayamos, compramos instrumentos, creamos; ahora hagan lo suyo, este aplauso es para ustedes”.

En contraste con el manejo del espacio y del público de los neerlandeses, la banda local lució pequeña. Sus temas ‘Sin tormentos’, sencillo promocional lanzado en 2014, e ‘Irreverente’ fueron los que gozaron de mejor acogida.

Cabe siempre preguntarse: ¿lucen pequeños porque lo son, o por falta de acceso a las mismas condiciones técnicas de los protagonistas?