Carlos Vásconez es el presidente más joven que ha tenido un núcleo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE). Preside el de la provincia de Azuay hace seis meses y, ahora, realiza una evaluación de su gestión.

Sostiene que ha logrado un equipo joven desde el directorio y, además, que una de las necesidades de la Casa es que sus cuadros rejuvenezcan sin desentenderse de quienes estuvieron detrás de los procesos.

Asimismo, propone varias aristas como insumos para el debate que debe existir entre los candidatos aspirantes  a presidir la entidad a escala nacional. Una de ellas tiene que ver con el apoyo financiero.

Aunque apuesta por la autogestión como forma de obtener recursos, cree que deben elevarse los presupuestos que se van en pagos de gastos de mantenimiento. También precisa cómo, durante su gestión, logró rehabilitar escenarios patrimoniales que habían quedado en el olvido, como el Teatro de la Casa de la Cultura.

Estos insumos que comparte podrían haber servido para un intercambio de propuestas entre los aspirantes a la presidencia nacional de la CCE. Hoy estaba pautado un debate entre Raúl Pérez Torres, Jaime Galarza Zavala y Marcos Valdospinos, organizado por la Red Cultural del Centro, en Quito, pero razones de agenda impidieron que dicha deliberación se realizara.  

La Casa de la Cultura Ecuatoriana ha tenido entre sus directivos a funcionarios que han pasado largo tiempo allí. ¿Fue complejo que un joven llegara a la presidencia de un núcleo?

La renovación es fundamental. No soy solo yo, es el directorio, en general, novel, muy afanoso y con mucho criterio artístico e intelectual; por lo tanto, hay un reto que solventar. Este grupo ha entendido que hay cosas que se han venido manejando mal y una que otra que ha estado bien.

¿Fue duro romper esa hegemonía de las personas que estaban hace ya mucho tiempo en la Casa de la Cultura?

Sí y no. Sí porque estamos acostumbrados a la idea del sabio cuencano -que está bien- y en ese momento se nos hizo complicado lograr que la gente que está involucrada en la cultura se abriera a los demás espacios. No, porque se sostuvo un discurso  bien planteado. El plan de trabajo lo vamos ejecutando paulatinamente hasta cumplir las metas.

El mayor inconveniente son los presupuestos, por lo que todo el mundo se queja... pero hemos evitado la queja e invitamos a la autogestión.

¿Qué fue lo primero que tuvo que “romper” en la Casa de la Cultura?

El qué dirán, el chisme. Hay mucho chisme “cultural” y en todas las esferas. Uno se encuentra con muchas caras largas y molestias por rumores que en su mayoría son infundados. El grupo fue valiente porque se enfrentó a lo establecido y es difícil luchar. Hemos salido adelante con algún silencio, pero con obras.

¿Cuáles obras?

Hemos hecho algunas renovaciones. Readecuamos toda la fachada del edificio. En el Salón del Pueblo se está concluyendo el trabajo de restauración del tejado. Para la restauración de la fachada hemos invertido $ 29 mil, mientras que para el Salón del Pueblo $ 42 mil. Ya vemos más vida en los corredores de la Casa de la Cultura, estamos promoviendo al menos ocho talleres en estas vacaciones, dirigidos a niños, jóvenes y no videntes.

¿Para qué fecha estará listo el Salón del Pueblo?

Los encargados de la obra lo entregarán esta semana, pero seguirá cerrado un tiempo más por el problema del cableado; pero no será por mucho y reiniciaremos las labores en ese lugar desde septiembre. Seguirá como centro de exposiciones.

¿Y qué pasará con el Teatro Casa de la Cultura?

Para la restauración del teatro necesitamos $ 4 millones. El local necesita una restauración urgente, sobre todo de su cúpula. Hay un proyecto S.O.S., que es una rama del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, para que nos financie. Esperemos que en algún momento esté restaurado.

También en 2013 tenemos previsto organizar la Feria Internacional del Libro de Cuenca y para eso ya hay la aprobación de $ 200 mil, solo falta la firma de la Ministra (de Cultura).

¿Cómo van en el tema presupuesto?

Hay varios rubros. Para espectáculos culturales este año nos tocó cero, no sé por qué y lo hemos acomodado por los arriendos que tenemos que pagar. Aunque disponemos de unos $ 110 mil, pero son para mantenimiento, papelería, agua, Internet y otros gastos.