Tres naciones y 3 continentes acogieron al violinista Álex Jimbo Viteri en su último periplo lejos de Ecuador. Ahora también toca la viola y se alista para presentarse como solista con la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, de la que es miembro desde 2001, en el Concierto para violín de Tchaikovsky en Re mayor, el 26 de agosto.

Entre el 20 de enero y el 5 de febrero pudo participar de capacitaciones en el Festival de Música de Santa Catalina, en Jaraguá do Sul, Brasil; luego, el 20 de marzo, fue uno de los 101 músicos de la Orquesta Sinfónica de YouTube 2011, en la Ópera House de Sidney, Australia, que dirige Michael Tilson Thomas, y tocará entre el 15 y el 29 de abril con la Junge Orchesterakademie (IJOA), orquesta multinacional con sede en Pleystein (Alemania), que actúa a beneficio de niños con cáncer.

Al tanto de la primera versión que se hizo del ensamble de YouTube, en 2009, y que tocó en Carnegie Hall, Jimbo Viteri reconoce que se enteró cuando ya el proceso cerró, pero tuvo en mente que eso podría repetirse. Por ello, a principios de 2011, conjugado con su interés de viajar a Sidney, volvió a seguir el proceso que demoró en iniciarse y apenas supo por  Facebook que el chileno-ecuatoriano Rodrigo Becerra, contrabajista, ya había aplicado se decidió a participar.

A fines de 2010, en el día en que se cerraría el proceso, a solo dos horas, no quiso quedarse con la duda y algo cabizbajo aún filmó la videoaudición 3 veces de corrido y la subió a Internet (la tercera versión, aunque la segunda fue la mejor pero tenía un “horror”). Entre las piezas se requería un concierto de Mozart, él tocó el 5; la Alemanda de Bach; Don Juan de Strauss; un movimiento de la novena de Beethoven, una sinfonía de Mozart y la sinfonía No. 4 de Mendelssohn.

Por sus capacidades (inició con el violín a los 3 años y fue solista de la Sinfónica de Guayaquil a los 6) sabía que podía pelear un lugar en el ensamble de YouTube. Aunque ahora toca con las violas de la sinfónica local, cuando viaja solo siempre es violinista y ahora más tranquilo se siente con más ganas de tocar por sus estadías en Brasil,  Australia y Alemania.

Hizo música de cámara, tomó clases y tocó con la orquesta del festival por 15 días en Brasil; luego los 10 días en Australia, que los sintió como si fueran 2 semanas y las 3 semanas en Alemania.

En YouTube solo se ve un gran concierto, pero Jimbo Viteri vivió conciertos diarios de profesores, secciones del conjunto y de corte publicitario. Aún no se considera violista, por ello no aplica a certámenes con ese instrumento, con el que le ha ayudado su madre, la violista de la Sinfónica de Guayaquil Fany Viteri; además de que está consciente que como todo violinista que toca también la viola lo delata su vibratto (en violín es más rápido y no tan ancho) y su sonido.

Le falta ser compañero de atril de su madre, como es su sueño; pero desde la sección de violas ha aprendido a ver las obras desde otra perspectiva y ha crecido musicalmente. Aunque su violín se dañó y no es el mismo desde que regresó de estudiar y tocar en Suiza y EE. UU., continúa estudiando durante las noches para cumplir una promesa y probarse que a pesar de la presión por haber sido catalogado prodigio del violín, puede tocar y disfrutar el momento en paz consigo mismo.