El receso hará perder 28 millones de espectadores
San Sebastián, España.-
Ante la caída de la financiación pública y privada, el cine español lucha por mantener la cabeza fuera del agua optando por películas de bajo presupuesto y buscando producciones extranjeras que permitan mantener viva a una industria duramente golpeada por la crisis. “Cada vez los presupuestos son más pequeños”, explicó el productor Fernando Victoria al margen del festival de cine de San Sebastián.
“Si antes la media del cine español era dos millones y medio de euros, ahora la media de una película española es un millón o millón y medio”, dice. Por lo tanto, “son películas más sencillas, con menos personajes, menos localizaciones y menos decorados”, agrega Victoria, que produjo, entre otras, “La caja 507” y “La vida mancha”, del cineasta español Enrique Urbizu.
En España las ayudas públicas al cine también se afectaron por las políticas de austeridad. Así, el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) antes subvencionaba una treintena de películas al año, dice el productor, “pero se habla de que en la próxima serán 10 o 15”, alerta.
“Creo que el problema para el cine español empezará el año que viene”, coincide José Luis Rebordinos, director del festival de San Sebastián, advirtiendo que, de seguir así, será cada vez más difícil encontrar películas nacionales para el certamen.
“Nosotros viviremos un problema relativo al cine español para la edición de 2013, porque este año ya se está produciendo muchísimo menos cine”, afirma sobre un festival enfocado a ser un trampolín para la producción local hacia mercados exteriores que puedan compensar la caída de la distribución en España.
“No vivimos el momento más fácil en la industria cinematográfica” española, afirma Rebordinos, señalando la reciente subida del IVA, del 8% al 21%, para productos culturales que incluyen al cine. “Es una cosa que va a afectar a las taquillas, al parque de salas”.
Solo en el sector cinematográfico, la medida significará una reducción de 27,78 millones de espectadores, caídas de ingresos por 221,37 millones de euros y la pérdida de 2.020 puestos de trabajo, según un estudio publicado por la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española.
Pero no solo se reducen las ayudas públicas y los ingresos por taquilla, también la financiación privada se afecta por la crisis, señala Victoria. “Las televisiones privadas en Europa tienen obligación de invertir el 5% de sus ingresos publicitarios en producción audiovisual, pero en España está bajando la publicidad, con lo cual ese porcentaje que va al cine es menor también”.
Ante esta falta de recursos, los cineastas recortan gastos, llegando a extremos como el de la película “Carmina o revienta”, primer trabajo como director del actor Paco León, realizada con 40.000 euros. Sin embargo, menos presupuesto significa también menos trabajo para una industria que ve peligrar su superviviencia.
Por eso hace dos años, la Asociación de Profesionales de la Producción Audiovisual (APPA) se lanzó en una campaña para que el Gobierno cree incentivos fiscales con el fin de atraer producciones extranjeras que den trabajo a estudios y artistas españoles.
Siguiendo un modelo instaurado en Francia en 2009 y que ya existe en países europeos como Alemania o Gran Bretaña, proponen devolver entre 18% y 20% de su gasto a las productoras que opten por rodar en el país.
Esas producciones extranjeras aportarían “beneficios económicos para las empresas de un sector en crisis”, afirma el actor José Coronado en un acto de la APPA en San Sebastián, recordando que en los años 60 España fue escenario de grandes rodajes que contribuyeron a desarrollar su industria del cine.