Los libros en Ecuador no pagan Impuesto al Valor Agregado (IVA), ni arancel para su importación. Esa es una de las mayores ventajas que tiene el mercado local.

En el país se imprimen muy pocos libros. Lo hacen instituciones gubernamentales y editoriales pequeñas en tirajes de no más de 600 libros por título. En las librerías la mayor parte de libros que se venden son importados y de los costos de la desaduanización y el traslado, en gran parte, depende el precio final.

En librerías grandes como Mr. Books, de acuerdo a información proporcionada por la empresa, el costo final de los libros “depende de la negociación con las editoriales del exterior, el volumen de compra, costo logístico y operativo. En el caso de nuestra empresa los precios son comparados de librería a librería, más no con ofertas o saldos que tanto las grandes librerías y o editoriales manejan. Siempre comparamos el precio final a público y el único margen diferenciado es el diferencial cambiario”.

Mónica Varea, quien está al frente de la librería quiteña Rayuela, indica que en su caso, por realizar importaciones a menor escala, para el Servicio de Rentas Internas (SRI) y la Aduana importar libros es como si esta actividad la convirtiera en uno de los más buscados, “como alias ‘Guacho’”, dice la librera.

La movilización de importación de libros puede ser aérea o marítima. En el segundo caso resulta siempre más lenta y su desaduanización más costosa. De todos modos, el trámite de registrar la mercadería en aduana para ingresarla al país tiene -según Varea- siempre el mismo costo, independientemente del volumen: $ 600. A esto se suma el costo de bodegaje.

Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) da un mínimo de cuatro días para el proceso, pero casi siempre los libros caen en bodega, mientras culmina el trámite. Las bodegas cuestan al menos $ 40 por día y usualmente la mercadería se tarda en salir de aduana, con todos sus trámites en regla, en una semana o 10 días. Finalmente, el descuento que se adquiere con las editoriales o distribuidoras de libros para tiendas pequeñas como Rayuela o Corredor Sur se diluye en el resto de gastos.

En el proceso se generan momentos tan irracionales, como aquella vez que Varea tuvo que enfrentarse a una multa de 200% de arancel (a pesar de que los libros no lo pagan) porque la editorial argentina con la que trabajaba en ese momento le envió cinco de más por error. El abogado contestó que “un error no es un alegato”.

Para Varea aquello no tenía sentido, pues finalmente debía declararlos en el SRI como una de las salidas más racionales, pero los agentes determinaron que la editorial debía enviar un comunicado sobre la mercadería y con eso permitieron su desaduanización, además de un cargo extra de $ 70.

Germán Gacio, un librero argentino que reside en el país y dirige las dos sedes de la librería Corredor Sur, en Quito y Cuenca, sostiene que a estos inconvenientes se suma que, a pesar de que los bienes de consumo cultural no tienen impuestos en la aduana, “lamentablemente por algún momento extraño de la historia se le dio la potestad a la Cámara del Libro de decidir quién puede importar sin pagar y quién sí tiene que hacerlo”.

Para Gacio esto genera gran desigualdad pues es una “empresa privada y no un ente institucional, como el Ministerio de Exterior, que decide quién debe pagar más impuestos que otro”. María Paulina Briones, quien preside la editorial Cadáver Exquisito y la librería Casa Morada, en Guayaquil, prefiere operar a través de agentes que le traiga

De acuerdo a Briones el costo de los libros en Ecuador se equipara con la mayoría de los países en la región, dependiendo de la editorial. En industrias como México o Argentina el costo de los libros se ha encarecido.

En Colombia, a pesar de tener una gran industria de impresión de libros, con el cambio de moneda los costos se equiparan. Uruguay se encontraría entre los mercados con costos más bajos respecto a los costos de los libros.

En este sentido, insertar libros producidos en el país en el mercado internacional es complicado por la conversión de moneda y lo mejor es optar por la coedición.

Para Briones el costo no influye finalmente en lo que la gente compra. “Las librerías están llenas en los centros comerciales y grandes cadenas como Mr. Books siguen abriendo sucursales. Lo que pasa es que cuando pensamos en lo que la gente lee nos enfocamos en literatura y la lectura va mucho más allá de eso”. (I)

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Lo que dice la ley

La Ley de Cultura exime el pago de tributos al comercio exterior de bienes para uso artístico y cultural importados por personas naturales o jurídicas que estén en el Registro Único de Artistas y Gestores  o sean parte del Sistema Nacional de Cultura

10 días usualmente demora el trámite de aduana para retirar los libros importados.

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33 libreros a nivel nacional registra la Cámara Ecuatoriana del Libro, según su portal web. Mientras que en Uruguay se encuentra uno de los mercados con costos de libros más bajos de la región.