Desde 2012 los titulares de prensa repiten que en el país se lee medio libro al año. La fuente es la encuesta Hábitos lectores que trabajó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2012. Esta información la replicó el  Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina (Cerlac). Desde entonces es ley.

De acuerdo a este estudio, la población lectora del país es el 43% versus porcentajes que superan el 77% en el resto de la región. El dato sobre la lectura en Ecuador es bajo con relación al resto, en parte, por la forma como se construye: con parámetros disímiles.

La encuesta Hábitos lectores excluye a un grupo importante de la población lectora: adolescentes de 12 a 16 años, quienes además de estar habilitados para hacerla, considerando que el índice escolar es superior al 95%, están obligados a ello.

Gran parte de los estudios de lectoría en el mundo integran a su universo a la población a partir de los 12 años.

Kantar Media Research abarca en sus estudios la población de 12 a 99 años, en diversos niveles socioeconómicos, de Quito y Guayaquil, con lo que logra una cobertura de 52,7% en el país.

¿A qué nivel de cobertura llegó la encuesta que dice que en el país se lee medio libro al año? Su población considera apenas 3.960 personas. Los estudios de lectoría de periódicos muestran 2’226.789 personas.

El resto de países de la región tiene mayor porcentaje de población considerada lectora, porque en los estudios de Argentina, Brasil, Chile y Venezuela se tienen en cuenta a partir de los 12 años.

En 2013 el INEC hizo una encuesta sobre el uso del tiempo libre. Este contempla dos categorías: el tiempo de trabajo y el tiempo de actividades no productivas. Dentro de esta última clasificación se encuentra el aprendizaje, el estudio, convivencia social y uso de medios de comunicación. Este sí incluye a la población de 12 años, en adelante y tiene en sus resultados que el 60% de la población dedica su tiempo a actividades “no productivas”.

Para María Paulina Briones, exdirectora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinab), es un error citar una encuesta que fue parte de algo más grande.

Explica que en 2012 el Sinab levantó una encuesta de comportamientos lectores con 18 preguntas que fueron elaboradas para la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu). Según Briones, de este trabajo surgieron datos interesantes sobre lo que la gente considera leer, especialmente.

“Cuando hablamos de leer siempre se piensa en literatura, pero la gente lee otras cosas. En la encuesta hay gente que dice que lee facturas, por ejemplo y en Ecuador hay una enorme tradición por leer libros de cocina”, señala.

El Sinab propuso en 2013, entre otras cosas, un Plan Nacional de Lectura, que tenía como uno de sus principales objetivos contar con bibliotecas organizadas, canales de acceso al fondo bibliográfico y espacios habilitados para facilitar el acceso al libro, así como organizar encuentros e involucrar a las personas.

En este proyecto, el Sinab se abasteció de una serie de libros de autores nacionales, de manera directa. El Nuevo Plan de Lectura, presentado el año pasado,  presidido por el escritor Edgar Allan García, plantea la publicación de 200 nuevos libros hasta 2021. Los datos respecto a la población lectora en el país aún no están claros, el presupuesto del plan actual estaría en $ 4 millones y luego de su ejecución se analizarán los resultados y continuidad.

Bibliotecarios

→ El repositorio mayor. La Biblioteca Nacional Eugenio Espejo es el organismo que encabeza el Sistema Nacional de Bibliotecas, según la Ley Orgánica de Cultura, también es el depósito legal de publicaciones, que aún está en proceso de readecuación en Quito.

→ 3 por ciento de unidades educativas (educación básica y bachillerato)  tienen bibliotecas en Ecuador.

→ Instituciones. Javier Zarabia, secretario del área pedagógica del Plan nacional del libro, es quien coordina las acciones sobre el fomento de la lectura entre bibliotecarios y el Ministerio de Cultura y Patrimonio. (I)