¿Cómo se construyen los hábitos de lectura en niños y adolescentes?
El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc-Unesco) registró en 2011 que el consumo per cápita de libros en Ecuador era de 0.5 al año. Además, un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de octubre de 2012 menciona que el 26,5% de los ecuatorianos no tiene el hábito de leer. De dicha cifra, el 56,8% no lee por falta de interés y el 31,7% por falta de tiempo.
Tales datos necesitan de una actualización que el Ministerio de Cultura y Patrimonio y el INEC tienen previsto concluir a fines de 2020 a través de una encuesta para conocer cuánto, cómo y qué leen los ecuatorianos.
La Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales tiene un alcance nacional, urbana-rural y provincial, en la cual se consideran a todas las personas que habitan en el hogar en edades de 5 años y más. Se identifican dos tipos de informante: directo a partir de 15 años y calificado para menores de 15 años. La muestra será de 15.492 hogares.
En ese contexto, vale plantearse ¿qué percepción tienen los distintos actores culturales en relación a la construcción de los hábitos de lectura en niños y adolescentes?
Juan Fernando Palacios, gerente de la editorial Libresa, asegura que aquello de que el ecuatoriano promedio lee medio libro por año ha ido revirtiéndose paulatinamente. "Esto ha ido cambiando un poco, porque definitivamente la empresa y yo consideramos que los chicos y las chicas van teniendo un poco más de interés sobre la lectura".
Palacios sostiene que "antiguamente, en los colegios nos hacían leer algunos libros que no eran tanto del interés nuestro, cronológicamente hablando"; sin embargo, en la actualidad, "tanto nosotros como otras editoriales publicamos libros que van muy de la mano de los acontecimientos y vivencias que tienen los chicos; entonces, al tener la posibilidad de leer temas con los que se sienten identificados hace que los muchachos tengan un poco más de interés por la lectura.
Esto se complementa con los encuentros entre los escritores y su público lector incipiente.
No obstante, aclara que Ecuador es un país que lee muy poco, pero que se sigue apostando al "complicado" mercado nacional, porque "un país que lee es un país que progresa".
Finalmente, Palacios estima que es muy importante que en los años iniciales haya un mediador lector.
Por otra parte, Herly Guerrero, docente de Lengua y Literatura de octavo, noveno y décimo de básica de la Unidad Educativa Bilingüe Particular International School, indica que, en general, los adolescentes no tienen hábitos de lectura y por ello trata siempre de buscar libros que les resulten agradables para lograr captar su atención y que no se aburran, porque "al no tener este hábito (estimulado en el seno del hogar) se aburren con mucha facilidad".
No obstante, contrasta que "verdaderamente no son todos; a algunos sí les gusta leer y leen bastante".
La profesora considera que el hábito de lectura se debe fomentar tanto desde la enseñanza primaria como en los hogares, pero "desafortunadamente no es así", lamenta.
Apunta que las consecuencias se reflejarán en una sociedad más inculta, es decir limitada cada vez más en el desarrollo de su potencialidad intelectual.
Guerrero revela que el interés por los libros en la adolescencia ocurre cuando se presentan historias de amor y demás situaciones que el estudiantado afronta en la vida cotidiana. Además, "les llama la atención las historias fantásticas y las historietas cómicas, pero cortas porque no les gustan los libros que son muy largos", advierte.
Entre sus estrategias está en pedir leer a una persona y, luego, asignar un análisis de lo leído a un compañero de clase. Les justifica el acto de leer en el hecho de dramatizar la historia en la Feria de la Lectura "Yo leo" y disponiendo que ellos mismos vayan eligiendo quiénes serán los personajes, pues "eso los motiva bastante".
El estudiante Adriano Maingón Rodríguez, perteneciente al séptimo grado de educación básica de la Unidad Particular Bilingüe Liceo Panamericano, menciona que en el año 2019 leyó en la escuela siete libros, "de los que puedo resaltar son: Leyendas del Ecuador y El borrador Mágico".
Comenta que, en el mismo período, disfrutó de nueve libros de elección personal, entre los cuales figuran: Crisis en tierras infinitas, de George Pérez y Marv Wolfman; y, Dioses y héroes de la mitología griega, de Ana María Shua.
"A mí lo que más me interesa de leer un libro es que me enseña muchas cosas nuevas y ahí puedo ampliar mi vocabulario", confiesa Adriano, quien tiene 11 años de edad. (I)