Todo inició y terminó con un taller de técnica de danza contemporánea, uno para bailarines de nivel intermedio-avanzado, a cargo del quiteño Esteban Donoso; y otro por el guayaquileño Omar Aguirre, ahora miembro de la Compañía Nacional de Danza. Así se dio Dansedumbre, primer encuentro de creadores de danza de Guayaquil, en el Centro Cultural Sarao, del 19 de septiembre hasta el domingo, pasadas las 13:00, cuando Aguirre, maestro y coreógrafo, terminó su taller.

Erróneamente se llamó a Dansedumbre (mezcla de danza con mansedumbre, término descriptivo del río Guayas) festival, ya que sus participantes y organizadores siempre lo consideraron un modesto encuentro, una reunión entre amigos y profesionales del arte para su fortalecimiento. Luis Mueckay, director artístico del centro cultural que fue la sede, y líder del colectivo organizador, lo ratificó en el último día de muestra, el sábado.

Se vivieron talleres, dos días de proyección de filmes sobre Pina Bausch y su obra -facilitados por el Instituto Goethe- y tres días de funciones. El pasado jueves se vio la pieza Natalia Granja de Donoso; el viernes, las obras La penúltima danza, Ensayo de luces y Nada que ver, de integrantes de la Compañía Nacional de Danza, entre ellos Aguirre; y El ombligo, ejecutada por la costarricense Milena Rodríguez. El pasado sábado subieron al tablado Eptea, compañía de teatro danza; y el colectivo Sarao.

A ritmo de folclor ecuatoriano y gitano andaluz, la directora y coreógrafa de Eptea, Gloria Febres Cordero abrió la última jornada de muestra, con el estreno de su pieza  La vida en 5 segundos, trabajo flamenco-contemporáneo, basado en un hecho real e inspirado en Centauro, de José Saramago. Entre las apariciones de Febres Cordero, intervino el primer bailarín de la cubana Compañía Flamenca ECOS, Danny Villalonga. Ambos recibieron los aplausos de un auditorio casi lleno en su totalidad por sus ejecuciones llenas de energía y pasión, pero sobre todo ritmo -del zapateo y corporal-.

Sarao repitió dos de sus coreografías significativas de los últimos años: Profunda y eterna, a cargo de Max Foster; y Hoy cambiará la vida (Premio de Danza, Festival de Artes al Aire Libre, Guayaquil, 2009) con 6 bailarines, entre ellos el maestro Fernando Rodríguez.

Foster hizo gala de la flexibilidad de sus músculos para emular a una paloma al son de la voz de Caetano Veloso. En la segunda obra se cuestionó la violencia, en especial el sicariato, al ritmo de Rubén Blades. Los nuevos miembros de Sarao -Foster, Camila Moncada, Helga Jijón y Daniel Ortega- contaron en escena con la destacada actuación, y en cierto modo guía, de Cindy Cantos y Rodríguez.