El cuarto piso de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, allí donde se desarrolló el programa de recordación por los veinte años de la muerte del escritor y sociólogo ecuatoriano Agustín Cueva, estaba lleno la noche del miércoles. El acto fue organizado por la entidad junto con el historiador guayaquileño Carlos Calderón Chico.

Calderón hizo una semblanza de la obra y pensamiento de Cueva señalando la gran herencia intelectual que  legara a Ecuador. Lo dicho fue corroborado por el doctor Gaitán Villavicencio, quien hizo una exposición centrada en la producción sociológica y política de Cueva, resaltando dos elementos: en primer lugar la importancia de su labor como motivador y generador de lo que hoy se denomina talento humano.

Un ejemplo de ello, dijo Villavicencio, es haber promovido y gestionado la creación de la Escuela de Sociología de la Universidad Central que redundó en una cuna de nuevos pensadores de los procesos políticos, sociales y económicos del país.

Y el otro elemento es el desarrollo de lo que ha sido su pensamiento en las ciencias sociales ecuatorianas y latinoamericanas. Estas dos variables son para Villavicencio  claves en la historia del pensamiento ecuatoriano.

Remarcó también los acontecimientos y figuras que surgieron en la década de los 60, tales como la Revolución Cubana, la guerra de Vietnam, los procesos de descolonización luego de la Segunda Guerra Mundial, mirados a través de propuestas revolucionarias como la del siquiatra y filósofo francés Frantz Fanon, quien plantea otra perspectiva  sobre la descolonización y la sicopatología de la colonización.

Es en esta matriz, continúa Villavicencio, en donde se sitúa lo que se podría llamar la simiente intelectual de Cueva, que se nutrió tanto de Marx como de Lévi-Strauss, Sartre, Lukács y Raymond Aron.

Para terminar afirma que Agustín Cueva fue un intelectual orgánico que se orientaba hacia dos aspectos cruciales: el rescate identitario de la patria grande (América Latina y Ecuador) y la vinculación con los procesos de liberación. Además señala que fue uno de los que más lúcidamente estudió el problema del populismo en el país.

El escritor Fernando Tinajero abordó a Cueva desde la literatura y dijo que tres son los textos que él dedicó al asunto: Entre la ira y la esperanza, Lecturas y rupturas y Literatura y conciencia histórica en América Latina; pero, explicó, estos no son textos de literatura sino que se refieren a una sociología de la literatura, es decir enfocó, a la literatura desde la función social del lenguaje para indicar que esta también es una forma de militancia social, incluso cuando se niega todo compromiso.

Estos aspectos también fueron abordados en la capital. En la Universidad Central, en Quito, René Báez resaltó al Cueva militante y contestatario, aquel que hizo temblar las ideas de la época en el círculo intelectual que imperaba.  

Tinajero sugirió, sobre todo a las decenas de estudiantes de sociología que asistieron al acto celebrado en Guayaquil, que no acojan a Cueva como una figura de culto sino que usen su pensamiento y lo superen.

Al terminar  el programa se repartió gratuitamente el libro Agustín Cueva, ensayos sociológicos y políticos, que contó con la selección e introducción de Fernando Tinajero; editado por el Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados.