Cuatro balletistas masculinos debutan con gran espectáculo
Aunque la obra “Mundo mágico”, centro de la Gala Anual de Ballet de la Escuela de Ballet del Conservatorio Superior de Música Rimsky-Korsakov de Guayaquil, incluye a todos los estudiantes, invitados especiales, ex alumnas y 9 estudiantes becados, destacará por el debut de sus 4 primeros estudiantes bailarines varones.
La maestra Isabel Labarca indicó que la pieza, que se presentará hoy, desde las 20:00, en la sala principal del Centro de Arte, está llena de todo lo que es el repertorio universal de la danza a través del sueño de una niña de ser bailarina y un libro con imágenes de ballet que está viendo.
Hay piezas de jazz cuya dirección artística y coreográfica es responsabilidad de la profesora Pilar Molina, como los fragmentos de ballet lo fueron de las maestras Labarca y Ada González.
No es un año de graduación, como lo será el próximo, sino que la gala mostrará el entrenamiento técnico de chicos de 4 a 18 años, realizado en clases de 1 hora de ballet y 1 hora de jazz, 3 veces por semana, según Labarca.
El trabajo empezó desde agosto, siempre de 16:00 a 20:00, como los recientes ensayos generales en el conservatorio, del lunes al miércoles pasado.
Jeffrey Toala Parrales, de 19 años, dijo que decidió estudiar ballet porque le gusta bailar, lo que hace y le gusta desde los 9 años, pero lleva solo un año practicando ese género, luego de ganar una beca gracias a una buena audición.
Tras palpar el riguroso entrenamiento -duro pero gratificante, afirmó, ya que tuvo que practicar día a día hasta que le salieran los pasos, porque no tenía mucho conocimiento de ballet-, expresó que el varón balletista debe olvidarse de la indiferencia del medio y familia, ser seguro de sí mismo para hacerse valer.
En “Mundo mágico”, Jeffrey -coreógrafo para quinceañeras- es uno de los muchachos que acompañan, en pareja, a ciertas chicas en la pieza “Coppélia”. Ha recibido consejos y técnicas de baile en pareja, movimientos de pie y estiramiento del maestro cubano Yasser Monet, bailarín principal del Centro de Arte, quien ha colaborado en el montaje.
Xavier Pinto dijo que el ballet no estaba en sus planes, él practicaba hip-hop y música urbana, pero ante la oportunidad empezó a tomar jazz. Por sugerencia de la maestra, ante su falta de técnica, comenzó a entrenar con Isabel Labarca.
En “Mundo mágico” se siente muy nervioso porque es la primera vez que baila coreografías universales de ballet, luego de un año de ensayos y clases, en el que le costó dominar la terminología.
A sus 20 años define el ballet como uno de los bailes más complicados que hay, que requiere físico para saltos, posiciones de brazos y fuertes piernas.
Glent Aguilar, de 19 años, pasó de sorpresa de 4 años de estudio de jazz, becado, en su natal Quevedo a ser un becario en el conservatorio Rimsky-Korsakov, estudiante de ballet por 3 meses apenas.
Antes bailaba en la calle, breakdance y varios otros ritmos, y aunque sufre y se le salen las lágrimas con ciertas prácticas del ballet, la danza sigue siendo lo que más le inspira, sobre todo para hoy estar por primera vez en un teatro.
Rafael Mendoza del Castillo Morán, de 8 años, bailaba siempre cuando iba a pasear y le gusta ahora hacerlo en una escuela que le recomendó su vecina. Su posición favorita es cargar a su pareja o saltar, lo que demostrará esta noche cuando interprete a un príncipe.
La maestra Labarca manifestó que todas las profesoras de la escuela están orgullosas por los resultados del año, que luego de un proceso de captación de 8 niñas de entre 8 y 9 años -practicantes de gimnasia rítmica-, les dejó 2 grupos especiales, con 6 de ellas, pero aún esperan captar más varones.
Considera que en Ecuador eso se dificulta porque un problema de educación deviene en que no se ve bien que el varón estudie ballet. Añadió que el bailarín gira y salta más, ya que esa es su característica.