¿Cómo se construye Selva Almada (y sus personajes masculinos)?
Selva Almada (Entre Ríos, 1973) volverá a Ecuador luego de haber sido invitada a la Feria Internacional del Libro de Guayaquil en 2017.
Damián Tabarovsky fue editor de su primera novela, El viento que arrasa (Mardulce, 2012), y considera que su escritura retoma una línea de la narrativa latinoamericana que parecía olvidada y perdida, la herencia del sur estadounidense, de William Faulkner, que en los sesenta estaba en autores como Saer, Onetti o Rulfo.
El jueves 27 de junio, a las 19:00, la autora dará en una conferencia titulada “¿Cómo se construye una escritora?” en el Centro Cultural Benjamín Carrión (Jorge Washington y Páez), que tiene nueva directora, la crítica literaria y escritora Daniela Alcívar Bellolio, autora de la novela Siberia (Campaña de Lectura Eugenio Espejo, 2018).
Almada responderá las preguntas de una entrevista publica realizada por la escritora y dramaturga Gabriela Ponce, autora del cuentario Antropofaguitas (Ministerio de Cultura del Ecuador, 2015), el viernes 28 de junio, también desde las 19:00.
Alcívar y Ponce han puesto énfasis en sus personajes femeninos en sus ficciones, pero los temas que mueven la escritura de Almada tienen que ver más con hombres en el mundo rural.
En septiembre de 2017, la narradora le explicó a este diario que, en El viento que arrasa, pretende contar “el mundo masculino del interior”. “¿Por qué en la sociedad los hombres son como son?, ¿qué hacen cuando están solos?, ¿cómo hacen cuando tienen que cuidar a un hijo?”, eran las preguntas que inquietaban a la autora.
En la novela mencionada, construyó a dos padres con dos hijos a su cargo, en un hogar que tiene ausente a la figura de la madre. “La mamá de Leni fue abandonada por el padre, el reverendo Braun, quien de alguna manera le arrebata a la hija”, explicaba Almada.
“En el caso de la madre de Tapioca, ella lo deja por una cuestión de no poder afrontar su crianza y tener que ganarse la vida. Lo que a ella le pareció más conveniente es que se quede con su supuesto padre, aunque aún no sabemos si es el padre o no”.
En su primera novela y en el libro Ladrilleros (Mardulce, 2013), Selva Almada se interesó por contar “cómo se construye la figura del hombre, del macho” y para eso enfoca a sus personajes cuando están a solas, cuando se quedan a cargo de un hijo, cuando quieren convertirse en el pastor viudo ejemplar ante la mirada de los fieles o hasta cuando matan. Es autora de las crónicas de Chicas Muertas (Random House, 2015). (I)
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