Consorcio Aerovía trabaja en compensación patrimonial
En 2019, Camilo Ruiz, gerente del Consorcio Aerovía, decía a este diario que, a medida que se terminen los trabajos del sistema de transporte aerosuspendido, se vería una “estructura futurista” que le daría vida a espacios olvidados, como la Casa de la Cultura o el Cementerio de Extranjeros “por donde nadie pasa”.
Urbanistas y arquitectos han hecho pública su opinión respecto a cómo la infraestructura del sistema alteraría el paisaje urbano del centro y atenta contra la protección del patrimonio en instrumentos como la Carta Internacional para la Conservación y la Restauración de Monumentos y Sitios (Venecia, 1964).
Andrés Roche, gerente general de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), cuestiona que haya quienes se acuerden del patrimonio “solo cuando hay una obra innovadora que beneficia a miles de ciudadanos (...). Menos mal son pocos los que lo hacen”.
De acuerdo a Roche, el uso de este sistema hará viajes de 6 minutos y reducirá el tránsito de la avenida Quito a 5 minutos, tras un trabajo de sincronización de semáforos.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), en su zonal 5, constató “en reuniones de trabajo con funcionarios municipales y técnicos del consorcio, las posibles afectaciones al entorno de la Casa de Cultura, el impacto visual sobre el mural y al edificio mismo, e incluso al trazado de la calle Nueve de Octubre y a las cuencas visuales del monumento de la Columna de los Próceres; sin embargo (el consorcio) solo informaba que los edificios en sí no serían afectados”.
En julio de 2018, presidido por el técnico Johny Ugalde, como catalogador de bienes, el INPC presentó algunas recomendaciones técnicas al Consorcio Aerovía respecto al Cementerio de Extranjeros. Este considera que “los trabajos de excavación para la implementación de la estructura afectarían al área de terraza”. Observa “el deterioro ocasionado por el acarreo de equipos para efectuar perforaciones para el análisis de los suelos”.
Un año después el mismo experto, contratado por el Consorcio Aerovía, presentó un plan de remediación al INPC del Cementerio de Extranjeros, entre los cuales está la recuperación del muro de la terraza, de la escalinata central y adecentamiento general.
Este plan ha sido ejecutado por el consorcio, el cual sostiene que incluye a dos expertos en patrimonio dentro de su equipo de trabajo. Se prevé el inicio de un proyecto de restauración desde el Municipio de Guayaquil.
Víctor Hugo Arellano, director del Museo Municipal, dice que el proyecto está pendiente, pues actualmente se trabaja en la entrega del Museo del Cacao para mayo.
El plan incluye un libro con la historia de quienes fueron enterrados en el cementerio que acoge a quienes no compartían la fe católica.
Roche mostró a este diario, rodeado de técnicos de la Aerovía, que desde los inicios de labores, el consorcio ha recuperado el estado de algunos de los monumentos del cementerio, del cual cuestiona la situación de abandono que enfrentaba. “No era nada turístico, con una entrada que parecía película de terror”.
Dentro del circuito de la Aerovía está la estación que se levanta en el centro de la avenida Quito, junto a la Casa de la Cultura –edificio del arquitecto Guillermo Cubillo e intervenido posteriormente– y su interferencia en la reproducción de la obra “Manhattan”, de la artista guayaquileña Aracely Gilbert cuyo emplazamiento fue decisión de la anterior administración municipal.
Roche dice que se evalúa colocar esta “gigantografía”, de la cual señala que “erróneamente se ha llamado mural”, en otro sector de la ciudad. En las afueras de la Casa se construirá una plazoleta que peatonalizará la zona. Desde la Casa de la Cultura han presentado un plan para que se divida el espacio en zonas específicas de arte, el cual se está analizando.
El consorcio plantea montar obras de artistas en los bajos de la estación, al estilo de los que existen en los pasos a desnivel. “Vamos a sustituir indigentes, venta de drogas y malquerientes por ciudadanos que serán potenciales usuarios de la Casa de la Cultura. Estas son formas de compensar”.
El efecto de la Aerovía evoca lo que pasó con los pasos a desnivel en la ciudad, en calles como Manuel Galecio, donde viviendas se convirtieron en bodegas por el ruido y el polvo que se generan en la proximidad con ellos.
Según Roche, más ruido harán los buses y vehículos que pasan por la zona que la Aerovía, a pesar de la proximidad que tiene con infraestructuras como es el caso de un edificio en la calle Loja y Rocafuerte. Insiste en que la propiedad privada termina en la infraestructura y que el espacio aéreo es de bien público.
El arquitecto Luis Alfonso Saltos, coordinador del Observatorio Ciudadano por el Derecho a la Ciudad, lamenta que el tema patrimonial sea considerado de segunda categoría en la urbe. “Lo demuestra la historia en el desarrollo urbano, como la réplica horrorosa que hicieron de la Casa del Cacao”. (I)