Dos crónicas provenientes de realidades considerablemente distintas son -sin embargo- un mismo reflejo de cuánto se han trastocado las relaciones humanas en las sociedades contemporáneas.

Si paralelamente a la lucha por liberar la circulación de capitales en el mundo se refuerzan las restricciones para la circulación del ser humano, a través de engorrosos trámites para la obtención de documentos, privaciones temporales de la libertad, interrogatorios absurdos y humillantes, acciones discriminatorias de todo tipo, el mundo vive una contradicción esencial.

Eso es lo que plantean dos piezas narrativas que se constituyen en el tema central de nuestra edición número 39, que circula mañana con este Diario. Es esta, además, una apuesta por rescatar a este género del periodismo que pestañea frente a la literatura y que ha sido tan ingenuamente desplazado de las páginas de los periódicos ecuatorianos.

El escritor ecuatoriano César Vásconez Romero presenta su crónica Diario de Saint Nazaire, y gracias a la cortesía de editorial Alfaguara presentamos también la crónica Debajo de la línea de sombra, del brasileño  André de Leones, la cual es parte de la antología “Sam no es mi tío. 24 crónicas de migrantes y un sueño americano”, que recoge historias de migrantes que desmitifican el ya gastado sueño americano.

Además, la presente edición de cartóNPiedra presenta un nuevo relato del escritor ibarreño Huilo Ruales Hualca, en su espacio El alero de las palomas sucias. Una segunda experiencia en aeropuertos, ese espacio tan ampliamente claustrofóbico que, para el autor, es una metáfora de la soledad y de la individualidad humanas.

El título de este, su segundo relato en nuestras páginas, es -en honor a su saga- “Aeropuertos II: un rey cautivo en la jaula más grande del mundo”.

También presentamos un extenso perfil que retrata el trabajo y la personalidad del artista cuencano Patricio Palomeque (en la pluma del poeta Cristóbal Zapata), quien exhibe una selección antológica de su obra en las salas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Quito, hasta el próximo 29 de julio.