Revista Ache apareció en Quito hace 2 años por iniciativa de algunos estudiantes universitarios. Su atractiva propuesta visual, dibujada a 3 colores, llamó la atención de quienes la conseguían.

Además, en su interior, convivían armónicamente –entiéndase: con buenos textos– firmas de estudiantes de primer año de universidad junto a escritores nacionales y extranjeros de la talla de Fernando Iwasaki, Antonio Díaz Oliva o Juan Fernando Andrade.

Revista Ache podía ser encontrada en las estanterías de varias librerías, cafeterías y en los principales centros culturales de la capital.

Pero poco después, siguiendo todo pronóstico, desapareció, en un medio en el que difícilmente se encuentra los recursos para mantener con vida iniciativas culturales.

Ahora, en el suplemento cultural CartóNPiedra, cada dos números, aparecerá la Revista Ache, y lo hará con el mismo equipo de trabajo que tuvo siempre: con los diseñadores María José Rodríguez y Camilo Pazmiño, y Andrés Cárdenas Matute, su director.

Se publicarán artículos sobre películas y libros que conservarán el tono de escritura que tenía la revista, además de mantener los conceptos de diseño y diagramación específicos para cada texto.

Esta semana, por ejemplo, Marcela Ribadeneira nos hablará sobre La gran belleza, filme del director italiano Paolo Sorrentino, en el que el actor Toni Servillo interpreta a un periodista sexagenario que vive de reventón, Jep Gambardella. La película, que el pasado 2 de marzo se alzó con el Oscar a mejor película de habla no inglesa, desliza con sus planos una gran panorámica de Roma, cuya decadencia contrasta con su arquitectura.

Elías Urdánigo, por su parte, propondrá la lectura de Vida de Motel, la primera novela que publicó el escritor norteamericano Willy Vlautin, que cuenta el sentimiento de opresión que sienten dos hermanos que se dan a la fuga luego de que uno de ellos causa un accidente de tránsito en una carretera.

Por otro lado, Eduardo Varas Carvajal publica un texto en reivindicación de Paul McCartney, el beatle que siempre estuvo a la sombra del popular John Lennon.

Varas plantea su reivindicación el papel determinante que desempeñó McCartney a partir del momento en que murió el conocido agente de la banda, Brian Epstein, en 1967.

Los Beatles sobrevivieron tres años más, hasta 1970. Ese año, la relación entre John, George y Paul había llegado a tal tensión que no aguantó más.