Ángela Arboleda juega a la rayuela para echar a volar
Ángela Arboleda quiere volar, pero no le interesa hacerlo sola. Quiere que otros vuelen con ella. No importa cómo decidan hacerlo. Solo quiere contarles un poco de las posibilidades que tienen para trazar sobre el suelo su propia rayuela, aun cuando entre los personajes aparezcan seres tan particulares como el miedo y la culpa.
Vuelos, la obra que esta narradora oral, fundadora de aquel emblemático festival que fue Un cerrito de cuentos, pondrá a andar en tres espacios escénicos de la ciudad, cuenta la historia de una niña que habita un pueblo.
Al primer silbido que le hacen en la calle, como queriéndola llamar sin conocerla, se da cuenta de que su cuerpo ha cambiado. Que tal vez ya no sea una niña como se siente, sino una señorita, como la ven los otros.
Tiene un deseo. Tiene que decidir si se queda en el pueblo en el que todos la tratan con prejuicios, o escapa. Para ejecutar su segunda opción la única forma es que pueda volar. No hay de otra.
La niña de este cuento siempre viste faldas, aunque le gustan un poco. Sin embargo, se ha acostumbrado a ellas, por la forma en que se lo han impuesto. Finalmente, esa prenda tan femenina de occidente es la única herramienta que tiene para transformar en alas.
“Primero se robará todos los abanicos de las mujeres de la familia… la tía, la abuela, la mamá, la madrina. Luego encontrará un escondite donde fabricar las alas. Cuando las tenga listas, se escapará, se subirá a la antena de Canal 2, en el cerro del Carmen y saltará, ¡directo a la luna!”, dice la sinopsis. “Ella con las faldas se eleva y se va”, agrega la creadora de esta fábula.
La historia de Vuelos tiene varios principios, uno de ellos fue la conversación con una pequeña aspirante a cuentera. La niña se había cortado cocinando y Ángela Arboleda, que era su maestra, le respondió con un “qué pena” a lo que le parecía una tragedia. La niña de inmediato dijo “pena no, señorita, mi mamá me ha dicho que con cada cortada yo me hago más mujercita”.
A Arboleda ese diálogo se le quedó en la cabeza. “No entiendo -dice ahora, luego de una clase con los niños de la Beca Imaginario que aprenden a contar cuentos- por qué no nos podemos construir desde las certezas, por qué creen que la flagelación o el sufrimiento te abre el camino a algún lado”.
La obra nació hace un año como un “Manual de uso de abanicos y palabras”. Se desarrolló como otro método para que los niños a los que les enseña a contar cuentos puedan ver que hay otras posibilidades para su futuro que ser mujer y cocinar; o ser hombre y empezar a trabajar desde niño para mantener la casa.
Esta puesta en escena es su propia forma de volar, de lanzarse contra la timidez que aún la persigue de su infancia y arriesgarse a contar algo más que un cuento, pues esta es una obra con elementos dramatúrgicos más desarrollados a los que usualmente utiliza y, además, hace tiempo que ella no actúa.
Vuelos es su propuesta de cuento para vengarse de las tradiciones orales donde las personas están llenas de prejuicios como los cuentos de Charles Perrault que aún se repiten antes de dormir.
Las funciones empezaron en junio con talleres para gente de la Isla Trinitaria, en Muégano Teatro. Allí, los participantes contaron sus posibilidades de volar.
Esta obra, a pesar de que su protagonista sea una niña, trata de cómo se imponen ciertos comportamientos, cómo puedes no volar por el qué dirán, la tradición, la moral. “El vuelo es independiente de cada ser humano y cómo lo decida”, dice Arboleda. (I)
Funciones
Dirección escénica
Ariana Fuentes, graduada de artes escénicas del ITAE, dirige esta pieza teatral, además de trabajar en el diseño de luces. Sofía Peralta diseñó los abanicos que integran la utilería de la obra de manera personalizada para los personajes.
6 funciones se presentarán desde este viernes y sábado en Muégano Teatro, en la zona rosa.
Itinerario
El 17 y 18 estará en Muégano. El 24 y 25 de agosto en Estudio Paulsen (Numa Pompilio Llona 195, Las Peñas), el 31 de agosto y 1 de septiembre en La Fábrica (Guayacanes 215 y calle Segunda).