Alberto Cortez le dio música a los pequeños detalles
José Alberto García Gallo, el nombre original de quien ahora se conoce como Alberto Cortez, le hizo canciones a los detalles. Compuso para el bombero, la mamá, el árbol.
“No era solo un compositor, era un filósofo”, dice la cantante ecuatoriana Patricia González.
González, que en los 70 versionó el tema “En un rincón del alma”, lo conoció durante un concierto en el Country Club. Allí, el público le dijo a Cortez que ella era cantante y tenía una versión de su obra que ha tenido éxito internacionalmente.
La guayaquileña interpretó su versión de “En un rincón del alma” y Cortez, emocionado, le dijo: “Qué hermosa versión Patricia González, eres una gran cantante”. Hace un año lo vio por última vez en las calles de Madrid.
Se lo veía bien, no sabía que era la última vez que se encontraban, pues este jueves 4 de abril, el cantante falleció de una insuficiencia cardíaca tras una hemorragia gástrica, en el Hospital Universitario de Móstoles, en Madrid.
Tenía 79 años y varios conciertos programados en Latinoamérica.
Para González, América ha perdido muchos compositores de valía, como Chabuca Granda, Facundo Cabral y, ahora, Cortez.
“Pero le digo que sinceramente, yo era muy amiga de él, lo veía en casa de Oswaldo Guayasamín. En el festival Todas las Voces Todas, tuve el gusto de tratarlo; y no comparo a Cortez con nadie, no me gusta comparar porque pierde la importancia. Ni siquiera me atrevo a pensar que alguien tenga un parecido a Cortez”, enfatiza González.
Ella, que tuvo un bar con el mismo nombre de la canción que versionó de Cortez, al que solo dejaba entrar a quien le diera la gana, cree que el mundo está viviendo muy apresurado y las personas como él tenían otra forma de ver la vida. “Ahora no se escriben canciones, se relatan unos adefesios”.
Basta citar un puñado de sus canciones para certificar la importancia de Alberto Cortez en la música iberoamericana.
Además de “Cuando un amigo se va”, escribió temas universales, de esos que pareciera que no tienen autor porque siempre estuvieron ahí.
Compuso “En un rincón del alma” o la sorprendente “Me lo dijo Pérez”, canciones a las que habría que sumar “Castillos en el aire”, “A partir de mañana”, “Como el primer día”, “Yo voy soñando caminos”, entre otras.
Empezó a tocar el piano a los 6 años, compuso su primer tema a los 12 y a los 21 lanzó su primer disco. (I)