Muerte de adolescente palestino sube la tensión antes del Día de la Nakba
La muerte de un adolescente palestino en Jerusalén Este por los presuntos disparos de un colono judío ha disparado la tensión en la región antes del Día de la Nakba ("tragedia"), con el que se conmemora la huida masiva de los árabes tras la fundación del Estado de Israel, en 1948.
Horas antes de que en Ramala, sede del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se concentren mañana miles de personas para el principal de los actos de conmemoración, Jerusalén ha vuelto a ser hoy escenario de violentos enfrentamientos, los últimos durante el funeral del joven Milad Said Ayyash, de 16 años.
Al menos dos palestinos resultaron heridos a las afueras de las murallas de Jerusalén cuando la policía israelí dispersó con gases lacrimógenos y balas de goma a un grupo de jóvenes que después del funeral lanzaron piedras contra vehículos israelíes.
También se registraron disturbios en los alrededores de una pequeña colonia judía conocida en Jerusalén Este como Bet Moscowitz, y cerca del lugar donde ayer, viernes, Ayyash fue herido de bala por disparos que testigos atribuyen a uno de los vigilantes de Bet Yonatán, un edificio de judíos ultranacionalistas en el corazón del barrio de Siloé.
Ayyash, que residía en el barrio de Ras El Amud, ingresó con heridas en el abdomen pero falleció en la mesa de operaciones, informaron esta mañana fuentes del hospital Al Mukasad.
"Su estado era crítico. Le hicimos veinte transfusiones de sangre, pero ni con ello conseguimos salvarle la vida", comunicó el centro médico.
Activistas de izquierdas relataron a la edición en internet del diario israelí "Haaretz" que el vigilante abrió fuego con su pistola después de que alguien lanzará contra el edificio de los colonos un "cóctel molotov".
"La bala extraída es de una pistola. Este tipo de bala es raramente usada por la Policía israelí en el control de manifestaciones. La bala indica por tanto la posibilidad que el joven fue tiroteado por uno de los guardas de seguridad de los colonos", señala el activista Jonathan Pollak en un comunicado.
La Policía israelí confirmó que en el lugar se produjeron disparos pero indicó que no pudo hacerse la autopsia al cadáver porque la familia quiso enterrarlo inmediatamente y que "el caso ha quedado bajo investigación".
"Lo que ocurrió fue un asesinato. Los colonos y los guardas de seguridad que les protegen le dispararon desde corta distancia", denunció el padre de la víctima, Said Ayyash.
En el funeral, que recordó las imágenes de la primera y segunda Intifadas (1987-1993 y 2000-2004, respectivamente), participaron un millar de personas con banderas palestinas y que avanzaron detrás del difunto coreando "Dios es grande" y "Con viento y sangre redimiremos a nuestro mártir".
Las fuerzas israelíes de seguridad están desde el jueves en estado de máxima de alerta con motivo del Día de la Nakba, en la que los palestinos de toda la región conmemoran el exilio y la pérdida de sus casas que supuso para ellos la creación del Estado de Israel.
La fecha de la conmemoración es el 15 de mayo, el día siguiente a la declaración de la independencia de Israel, el 14 de mayo de 1948, fecha que los palestinos ven como el comienzo del exilio para cientos de miles de refugiados que actualmente, con toda su descendencia, superan los cuatro millones.
Después del funeral, la policía arrestó a cuatro palestinos en el Monte de los Olivos por lanzar piedras a una patrulla, y esta tarde unos doscientos marchaban desde la Puerta de Damasco de la ciudad vieja de Jerusalén hasta el Museo Rockefeller bajo la atenta vigilancia de cientos de agentes.
Por el momento, ningún mandatario político, ni israelí ni palestino, se ha pronunciado sobre los hechos.
El jefe de la Policía israelí, Yohanán Danino, señaló hoy que durante la jornada de mañana "se permitirán las acciones de protesta con contención, pero sin permitir que se produzcan alteraciones del orden público".