El hogar de Olga Mora emana paz y armonía. A sus 92 años esta mujer que ejerció la docencia por más de 40 años se mantiene lúcida, se moviliza por su cuenta.

Hija de Gumercindo Mora Garaicoa y Laura  Mazza Villavicencio.

Pausada al hablar, pero con una mente coherente, recuerda los tiempos en los que se educaba con disciplina y rigor.  Sus estudios secundarios los inició en el colegio Manuela Cañizares que recién se había creado y era solo para mujeres, pero culminó en el Rita Lecumberri.

Se casó con Pedro Carbo Quevedo Carabalí con quien tuvo 6 hijos. Lamentablemente, él falleció a los 56 años. Tuvo que continuar sola. Entró en el mundo de la docencia en 1962, primero en la escuela Quito #34, luego en la Modesto Wolf Pasaguay y Alianza Para El Progreso.

Formó parte de varios grupos de la Izquierda Democrática (ID), perteneció a la Unión de Mujeres del Guayas, Unión Nacional de Educadores. “Luchaba por los derechos de los jóvenes. A los 50 años, egresó de la carrera de Terapia de Lenguaje y Habla de la Universidad de Guayaquil. Aún recuerda a varios compañeros docentes como Jaime Galarza Zavala, Alfredo Vera, Tito Tinoco, Alba Calderón de Gil, Enrique Gil Gilbert y  Aurora Estrada.

Ruth Martínez, de 78 años, amiga de Mora, dice que se trata de un ser muy leal y una gran maestra; una  madre para sus estudiantes.

Su hijo, Ernesto Quevedo, de  61 años cuenta que todos los días recuerda pequeños momentos que ha pasado con su madre. “Como maestra insuperable por su dedicación y ganas de enseñar”. (I)