En Guayaquil, unas 70 personas se dieron cita en el taller “Fortalecimiento de la Gestión Ambiental para el Polo de Desarrollo Industrial de Posorja”, que tuvo como objetivo informar sobre el crecimiento económico y ambiental relacionado con la construcción del Puerto de Aguas Profundas de Posorja.

El ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, dijo que se espera que este polo de desarrollo sea un referente de cumplimiento ambiental, que se haga con excelentes estándares de calidad, de tal forma que sea un ejemplo para América y el mundo.

El representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Ecuador (BID), entidad que financia la construcción del puerto, Fernando Quevedo, indicó que para ellos es muy importante el tema ambiental y están involucrados en este polo de desarrollo.

El BID ofrece financiamiento al sector público y al privado, con una cartera de $2.400 millones y $ 300 millones, respectivamente. “Estamos evaluando más de $ 400 millones para financiar al sector privado”.

Sobre el puerto de Aguas Profundas de Posorja, dijo que están muy involucrados. “En esta primera fase son casi $ 500 millones que vamos a financiar, puede ser hasta el 70% del presupuesto total”.

Quevedo resaltó que no solo quieren ayudar en el puerto, sino ver todos los impactos que podría haber, además de proveer inversiones a las empresas que se instalen en este proyecto.

La construcción del puerto genera inquietud
La construcción comenzó en agosto de 2017, su inversión es de aproximadamente $ 1.200 millones, a cargo de la compañía DP World, se espera que en junio de 2019 arribe el primer barco.

Varias asociaciones y gremios de Posorja se encuentran preocupados por los posibles impactos ambientales que ocasionaría la injerencia, construcción y operación del puerto.

Un equipo de diario El TELÉGRAFO visitó Posorja para constatar la supuesta afectación del manglar y a los delfines.

En el malecón de Posorja están las lanchas que transportan a los habitantes de la isla Puna. Bolívar Villamar, de la Asociación Pelícanos, dijo que la preocupación es saber dónde los van a reubicar.

Villamar dijo que los delfines siempre merodean el sector donde se construye el puerto. “Los buques pueden ocasionar derrames de combustible y hacer que migren a otro sector”. Lo que provocaría incurrir en gastos de combustibles a las embarcaciones turísticas para ir en búsqueda de los cetáceos.

Víctor Morocho, presidente de la cooperativa Manglares Porteños de Puerto el Morro, comentó que el manglar donde ellos recogen cangrejo y concha fue devastado para construir el puerto, además de que en el área no se podrá transitar debido a los buques. “Todo será limitado”.   

Alejandro Duque, coordinador ambiental de DP World, explicó que para hacer el desglose del manglar y construir el puerto, se tuvo que firmar una resolución de concesión donde se presentó un plan de mitigación y remediación.

El área de concesión consta de 10,48 hectáreas de las 3.000 hectáreas de manglar que hay en la zona. “Desglosamos menos del 0,4%, la compensación es en 64 hectáreas ubicadas en la isla Puná. Se sembraron 120.000 plantas en el área de compensación, esto lo está haciendo la fundación Talismán”.

Para que la comunidad esté segura de que la reforestación se cumple, la próxima semana se hará una visita con los moradores del Morro y Puerto el Morro al lugar de compensación.

El ministro Granizo recalcó que DP World ya hizo la compensación de las 60 hectáreas en la isla Puná, además explicó que hay vigilancia permanente de los delfines.

“En el momento que se detecte alguna anomalía, nosotros tomaremos las medidas adecuadas para salvaguardar los derechos de la naturaleza”, precisó Granizo.

Sobre la mano de obra no calificada, DP World indicó que se ha contratado a 220 personas locales de las cuales 120 son de Posorja. (I)

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Pescadores de Posorja piden atención a las autoridades

Varios son los problemas que afectan a los pescadores artesanales de Posorja. Aseguran que cada vez es más difícil mantenerse económicamente.

El lugar en donde se construye el puerto de aguas profundas, antes servía para la captura de cangrejo, concha, mejillón, ostión y camarón.

Ricardo Rivera, de la Asociación de Pescadores Lobo Marino, comentó que alrededor de ese manglar, con la ayuda de su trasmallo, pescaba las especies lisa y bagre, y ahora ya no lo puede hacer, porque se dragó y se rellenó el área al filo del manglar.

Las camaroneras también han afectado la zona. Dijeron que es común ver la tala de árboles y, además, por ser zonas privadas, no pueden pescar.

Los pescadores contaron que su única opción es buscar nuevos sectores, pero se enfrentan a piratas, quienes se roban sus embarcaciones y motores.

Luis Rodríguez, pescador de la zona, manifestó que las embarcaciones más grandes, conocidas como chinchorreros o bolicheros, se han adueñado de la pesca blanca (corvinilla, corvina, robalo, bagre, entre otros). Ellos tienen sistemas modernos y equipos sofisticados que detectan la pesca 400 metros a la redonda. Dicen que son aproximadamente 30 embarcaciones.

“Están eliminando el trabajo de los pescadores artesanales dentro de las 8 millas. Ahora estoy saliendo a coger el camarón pomada, porque ya no tengo de dónde agarrarme”, asegura Rodríguez. (I)