La marca “Mangle” tuvo su origen en 200 mujeres que vivían junto al estero
Una decena de máquinas de coser en un espacio reducido con abundante luz natural. Hay cordones de electricidad, que guindan del techo, que proveen de energía a los equipos.
Las artesanas, entran y salen, esquivan los cables “Perdón”, “perdón, mi niña”, enuncian a cada momento. Nadie se molesta. Es el ambiente que hubo ayer en el taller de la 19 y la L (ribera del estero Puerto Lisa) de la nueva empresa de confección y comercialización de prendas de vestir “San Lorenzo de Pailón”.
Ellas se preparan para la presentación de la marca “Mangle” que crearon para ponerles un distintivo especial a las prendas que confeccionan.
La empresa pasaría desapercibida o sería un emprendimiento más de la ciudad. Sin embargo, en esta ocasión, la compañía la forman 200 mujeres que fueron reubicadas de las riberas del estero Salado.
Ellas obtuvieron un préstamo no reembolsable del proyecto “Guayaquil Ecológico” por 105.000 dólares que son canalizados a través del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
La intención es crear emprendimientos asociativos, es decir que quienes integran la empresa al final reciben una utilidad de las ventas, señaló Raquel González, coordinadora Zonal del MIES.
Reveló que el proyecto es manejado por tres ministerios: Ambiente con acción en el rescate del estero: el Miduvi, con la reubicación de las familias al plan habitacional Socio Vivienda; y el MIES, con la creación de empresas productivas. “¡Mire, qué lindo!”, expresa emocionada Mirella de Valencia, socia artesana de 27 años, mientras sostiene en los brazos a su hija Ashley, de 10 meses. Ella habita en el sector donde funciona el taller, es casada y su esperanza es ayudar a su esposo en el mantenimiento del hogar.
Cuando llegó no conocía nada de costura y todo lo que ahora sabe lo ha aprendido de la capacitadora del MIES que las instruye desde lo más mínimo, como es poner el carrilete a la máquina. “Cómo no puedo dar gracias a la iniciativa del MIES. Todas ponemos nuestro mayor esfuerzo en sacar adelante la empresa”, reiteró.
María Guillermina Cabrera, capacitadora, señaló que hay varios talleres en los que se cosen las prendas y que a las integrantes se les enseña desde lo más mínimo. Es un proceso que avanza dependiendo de lo que han aprendido.
Por ejemplo, se les enseña a tomar las medidas, luego a hacer los bordes, a realizar trabajo de puntadas y así dependiendo de las necesidades que requiere la empresa de comercialización creada, dijo.
Victoria Flores, coordinadora del proyecto, puntualizó que para formar parte del grupo de emprendedoras solo hay que tener dos requisitos: la voluntad de trabajar y aceptar que serán socias.
Enrique Riera, líder del equipo del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria, dijo que el MIES está satisfecho con la empresa que han ayudado a crear, porque han proporcionado trabajo a decenas de familias pobres.
La idea nació cuando había mujeres que trabajaban cosiendo en calidad de maquila a reconocidas marcas que hay en el mercado. Por ello, ahora se montó la empresa que presentará sus prendas mediante catálogos y en puntos de ventas que hay en el país, señaló.