El récord de klose y los 2.000 goles alcanzados por la selección son razones para celebrar
La euforia matiza el festejo germano (Galería)
Los alemanes tienen más de una razón para alegrarse. El primer gol marcado a Brasil por Thomas Müller fue el número 2.000 conseguido por la selección alemana. Luego vino Miroslav Klose que superó con su tanto, el récord que compartía con Ronaldo: alcanza los 16 goles marcados en copas del mundo. También sacaban sus apuntes los comentaristas y seguían las alabanzas a Klose, único en haber jugado 4 semifinales seguidas, la selección teutona contará este domingo con 8 finales, la goleada de 7 tantos en un mundial, la mayor hasta ahora, hace que al unísono se escuche que no saben por qué alegrarse más.
La sorpresa que se llevaron ayer millones de hinchas en todo el mundo, la vivieron por igual los alemanes, con la diferencia de que los protagonistas de semejante impacto eran sus seleccionados nacionales. El primer gol fue cantado con la alegría de avecinar una victoria, el segundo ratificaba las ganas de estar en la final y luchar por la tan ansiada copa, pero del tercero en adelante empezaron las expresiones de ‘increíble’, ‘es en serio, tan rápido’ ‘no tengo palabras’, ‘en qué cuento estoy viviendo, 7-0 gana Alemania’, y a pesar de ser un país protestante en su mayoría, se escuchó al narrador decir al final del partido “gracias a Dios, un gol para Brasil”.
Pero la euforia que se vive en los titulares de prensa, bromas en las redes sociales, contagia en su mayoría a los jóvenes y niños, a quienes parece impactarles más la goleada que otra cosa. El resto de las personas, si bien están alegres porque ha sido una manera impresionante de llegar a una final, se mantienen ‘bien alemanes’, esto es, hasta no ganar en la final... no hay nada que celebrar. Y es que de finales los alemanes ya tienen experiencia, con la de Brasil 2014 serán 8, han ganado 3 y perdido 4, la última justamente con Brasil en Corea-Japón 2002.
Matz Hummels lo resumió así: “en la cabina no hubo gran fiesta, porque si hubiésemos ganado con un gol en el último minuto, creo que hubiese sido diferente; sin embargo, ya en el entretiempo dijimos ...buen trabajo, vamos a la final por la copa”. Kevin Grosskreutz lo corroboró, “no vinimos a golear a Brasil, queremos la copa”. Jugadores y cuerpo técnico, aunque muy en sus adentros, deben estar saltando en un pie, mantienen la serenidad para seguir enfocados y concentrados en la meta por la que viajaron a Brasil: sumar su cuarta estrella. Si no, habrá sido una final más y nadie, salvo las estadísticas, habla de quienes quedaron segundos. Lo que sí recordarán todos, desde los niños más pequeños, es cuántas copas va ganando Alemania.
Alemania sabe lo que es organizar una fiesta y despedirse de ella antes de que termine. En 2006 Italia que fue el campeón se encargó de arruinar la fiesta que vivían los 82 millones de alemanes, y lo mandó a pelear un tercer lugar.
Lo que no les ha caído en gracia, a pesar de que fue un comentario en ‘broma’, es lo expresado por Ronaldo: “ojalá se lesionara Klose para seguir manteniendo mi récord de 15 tantos”. Esto fue repetido constantemente al anotar el alemán su gol 16 y superar al brasileño.