Después de salir a pasear el sábado por la tarde con sus familiares y novias, los integrantes de la selección de Alemania retornaron ayer a los entrenamientos y concentran toda su atención en un solo propósito: darse la satisfacción de doblegar a Brasil y privarle de jugar la final en su país.

No obstante y pese a la satisfacción de tener a su representativo por cuarta ocasión consecutiva en unas semifinales mundialistas, varios exponentes lamentan la lesión de Neymar, pues les habría gustado medirse a un adversario con todos sus titulares.

“Neymar es un jugador sensacional, que mostró su clase durante esta Copa del Mundo. En este torneo siempre queremos medirnos a los mejores. Esta es la razón por la que prefería jugar contra Brasil con Neymar”, dijo al diario Bild el capitán y lateral derecho Philipp Lahm.

En el mismo sentido se manifestó el mediocampista Sami Khedira, pero aclaró que la ausencia de la estrella ‘verdeamarela’ no mermará el potencial del equipo contrincante, que cuenta en sus filas con elementos de características similares al número 10. “Los brasileños van a sacar un superequipo, aunque no esté Neymar. Va a exigir mucho de nuestra parte”, precisó.

Pero otros exponentes ‘germanos’ prefieren hablar de su plantilla y en no perder la perspectiva, pues el combinado europeo no puede conformarse con ser semifinalista y tampoco con disputar por quinta vez un tercer puesto. “Queremos ganar el Mundial y estamos muy metidos en el próximo partido”, expresó el volante Bastian Schweinsteiger.

Frente a la pregunta de si el Brasil de la actualidad no presenta la misma ‘magia’ y superioridad de anteriores selecciones, el centrocampista del Bayern Múnich respondió que el fútbol ha evolucionado y ahora Brasil juega diferente, sin que eso sea una razón para catalogarlo de menor nivel.

En cuanto a las estadísticas de cotejos mundialistas anteriores, brasileños y ‘teutones’ solo se midieron una vez, con saldo favorable para los sudamericanos, quienes se impusieron 2-0 en la final de la Copa del Mundo Japón-Corea 2002, la última de las 5 que se adjudicó el ‘scratch’.

Al contrario de los problemas por lesión o suspensión que afronta Brasil, Alemania tiene a toda su nómina en perfectas condiciones y practicando en el complejo deportivo Campo Bahia de Santo André. Después de la baja de Shkodran Mustafi, descartado por lesión desde los octavos de final, y los inconvenientes gripales que presentaron 7 exponentes, el técnico Joachim Löw realiza todas las variables posibles con sus elementos.

El estilo que el actual entrenador le imprime a ‘Die Mannschaft’ ha sido alabado por propios y extraños, incluso Vicente Del Bosque, estratega de la excampeona España, lo considera novedoso. “Löw lidera un proyecto que busca un nuevo estilo de juego en el fútbol alemán y ha funcionado muy bien. Representa el entrenador perfecto para Alemania”, afirmó.

El reto para el timonel ‘germano’ es devolverle a su nación la alegría que otorga ocupar el trono de una competencia planetaria absoluta. De los 4 preparadores que están en semifinales, Löw es el único que no ha levantado un trofeo internacional, lo que torna al partido contra Brasil en una parte vital de su sueño de grandes conquistas.

Mas el desafío no es únicamente especial para él, su atleta más experimentado, el delantero Miroslav Klose, también persigue una hazaña: ser el hombre con más goles en la historia de los mundiales y superar en esa estadística al brasileño Ronaldo, con quien comparte por ahora el honor de haber marcado 15 goles.

Con 36 años a cuestas, la justa de 2014 es su última oportunidad para lograrlo y, salvo suspensiones o lesiones, tiene 2 encuentros para hacerlo. El atacante es, además, uno de los 2 sobrevivientes de la final de Japón-Corea 2002, por lo que el duelo contra la ‘canarinha’ se le presenta como el escenario ideal para una revancha esperada.

El otro superviviente es el timonel brasileño Luiz Felipe Scolari, quien estuvo al mando de la escuadra brasileña que consiguió la copa de 2002 en Yokohama. Por todo esto, Alemania cuenta con suficientes motivos y argumentos para apear a Brasil de la final y provocar la conmoción que tanto temen los aficionados locales. El desenlace se verá mañana en Belo Horizonte.