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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Real Madrid y el Barcelona empatan en partido de ida

El primer capítulo de la final de la Supercopa en el duelo de más grandeza de España, el clásico, recuperó el brillo del buen fútbol y apartó el de la polémica, en un encuentro en el que el Real Madrid mostró superioridad física ante un Barcelona al que salvó la calidad individual de Villa y Messi en sus dos únicas llegadas a la portería rival (2-2).

La temporada oficial en España comenzó con el mayor espectáculo posible. Un Bernabéu lleno. Ambiente de final. Nada hacía indicar que era mitad de agosto. Un título estaba en juego y poco importaba que fuese la Supercopa, el menos importante, para que los dos grandes del fútbol español protagonizasen un partido brillante.

El inicio de partido respondió a la pretemporada de cada equipo. El Barcelona llegó justo. Con jugadores importantes tocados en el banquillo. Sin Piqué en defensa, sufrieron Mascherano y Abidal como centrales. Faltó fluidez por la ausencia de Xavi y contención por Busquets. Se agarró al estreno brillante del chileno Alexis Sánchez. La agresividad inicial del Madrid pudo con todo.

Se sentía superior físicamente y quería aprovechar cada segundo. Sin noticias “azulgrana”, solo Valdés estaba a la altura de una final. Una brillante estirada a cabezazo picado de Benzema a los nueve minutos evitó el primero. Nada pudo hacer cuatro minutos después ante un desajuste defensivo. Benzema recibió, aguantó y asistió a la llegada de Özil que definió con calidad a los 13 minutos.

Cuando el barcelonismo añoraba la figura de Xavi, pensaba que a Thiago le venía grande un duelo de tal magnitud y cuestionaba la forma de los recién llegados Dani Alves y Messi. A su primera llegada al área rival. En su primer intento de disparo marcó. Son cosas del fútbol y de los genios como el “Guaje” Villa. Le vio Messi escorado. Encaró a

Ramos y soltó un derechazo a la escuadra, cuando se jugaban los 35’. Mantener el nivel físico era imposible. En cuanto el Real Madrid lo rebajó mínimamente fue castigado con una dureza excesiva porque al borde del descanso apareció Messi (45’) para sacar provecho del único error blanco. Un resbalón de Pepe. Un mal toque de Khedira. Y el mejor jugador del mundo no perdonó ante Casillas.

Recuperó su identidad el Barcelona en el inicio del segundo acto. Tenía superioridad numérica en el centro del campo. Lo compensó Mourinho dando entrada a Coentrao. Y volvieron las cosas que hacen tan grande al fútbol. Es imprevisible. Tocaban los “azulgrana” y a la primera acción de peligro el Real Madrid empató. Xabi Alonso marcó (54’) tras un rechace de un córner.

El 2-2 final deja todo para el miércoles en el Camp Nou. Las fuerzas están igualadas entre dos grandes que vuelven a deleitar a sus hinchas con puro fútbol.

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