El ‘Zapatón’ Orly Klinger todavía delira por la hija que perdió en Manta
Tanto la ama que cuando el licor lo lleva al delirio, él la llama. La sonora sonrisa de la adolescente retumba en su cabeza más que el grito de gol que 50.000 espectadores lanzaron en el estadio Modelo de Guayaquil cuando anotó el tanto de la victoria sobre Paraguay el 17 de mayo de 1981, en el partido de las Eliminatorias del Mundial ‘España 82’.
Orly ‘El Zapatón’ Klínger (aunque en su registro de nacimiento consta como Horlen), uno de los mejores back centrales en la historia del fútbol ecuatoriano, atraviesa momentos difíciles. El alcoholismo es para él como un delantero movedizo, imposible de marcar, que ha convertido el recuerdo de su hija en un lamento interminable.
Sucedió en 1991. Anita se ahogó en la playa del Murciélago (Manta) cuando tenía 15 años. Miryan Klínger (60 años), hermana de Orly, cuenta que el accidente se produjo cuando la joven luchó por sacar del agua a su hermano Ramón. El niño, de 7 años en aquel entonces, se salvó de perecer gracias a ella.
Aquella tarde la vida de Orly tomó un giro inesperado, perdió al ser que más amaba y se sintió impotente para continuar en el fútbol.
Miryan asegura que ‘Zapatón’ decidió en ese momento retirarse de la actividad. Aunque el deceso de Anita no fue el detonante de su adicción al licor, lo agudizó. Su hermano había perdido las dos principales motivaciones de su vida.
La historia del ‘Zapatón’
Con la mirada escondida tras unas gafas, asoma la cabeza desde el segundo piso de su domicilio para saludar. La casa en la que hoy reside, situada en el barrio Margarita Cortez de Esmeraldas, es la misma que dejó atrás cuando tenía 15 años para probarse en el fútbol profesional.
Poco antes de que el exzaguero ‘tricolor’ abra la puerta, llega a buscarlo su sobrino, Juan Pablo Quiñónez Klínger (23 años). ‘Zapatón’ le reprocha, cree que fue él quien llevó a la prensa hasta su vivienda. No confía en los periodistas, durante su carrera tuvo algunos detractores. También odia las cámaras, no le agradan las fotografías: “Cuando jugaba en Filanbanco me escondía de los camarógrafos y fotógrafos”.
Ubicar a Orly no fue sencillo, pese a que quienes lo conocen coinciden en que para encontrarlo hay que ir al Mercado Central. Describieron que lo habitual es observarlo con una botella de licor, ebrio, en el sector de los tricicleros.
Contradictoriamente, esta vez Orly está sobrio. La camisa celeste y el pantalón habano que lo cubren están limpios y bien planchados.
Estos detalles recuerdan las palabras de su hermana Miryan, quien habita en el primer piso de la casa: “Mi hermano es alcohólico, pero siempre anda bien vestido, esa costumbre le quedó desde que era futbolista. Gracias a Dios, no lo hemos visto dormido en la calle ni deambulando como pordiosero”.
Sentado en la vereda, Orly enciende un cigarrillo. Junto a él se sienta Juan Pablo, a quien le gusta oír las anécdotas de su tío. Admira lo que hizo como jugador profesional.
El primer recuerdo del ‘Zapatón’ no es grato. A los 15 años dejó el Peñarol de Esmeraldas para probarse en el Macará de Ambato. Le faltó suerte y tuvo que regresar a Esmeraldas a buscar empleo. “En el día trabajaba en la fábrica de balsas de César Estupiñán y en la noche seguía mis estudios en el colegio nocturno UNE”.
La oportunidad de ser profesional en el balompié se le presentó cinco años después. Patricio Páez, alcalde de Esmeraldas en esa época, le habló de una oportunidad en el Manta Sporting Club. Como Orly era jugador libre, no tuvo inconvenientes en ir a demostrar sus cualidades. Se quedó en el conjunto porteño.
‘Zapatón’ hace una pausa, envía a su sobrino a la tienda, quiere cerveza antes de seguir con el diálogo. Servido el primer vaso, continúa la conversación.
La memoria le falla, conoce la secuencia de los clubes en los que militó, pero no tiene claros los años de permanencia en cada uno. Resume que del Manta se cambió al 9 de Octubre de Milagro, luego a Liga de Portoviejo, después a Filanbanco y al Aucas, hasta que regresó a Liga de Portoviejo, con cuya camiseta selló el fin de su carrera.
Entre uno y otro vaso de cerveza toma confianza, se atreve a bromear. Incluso posa para la cámara, le pide a Juan Pablo que se retire. “Estás muy feo para salir en el periódico”, dice con una carcajada.
Lo que sí tiene claro es lo importante de su paso por el representativo de Manta. En esa ciudad conoció a Zoila Carrasco (+), con quien formaría su familia y tuvo tres hijos: Ana (+), Horlen (35 años) y Ramón (30). Anita, en la actualidad, tendría 37 años.
A ellos se suma Vilma (21 años), quien nació de una relación posterior con Solanda Quiñónez, quien tiene un puesto de comida en el Mercado Central.
También habla de sus mejores amigos. En Liga de Portoviejo estuvo con Ecuador Figueroa, Freddy Bravo, David Bravo, Víctor ‘Espartaco’ Mendoza. De su paso por Filanbanco se acuerda de Hamilton Cuvi y Marcelo ‘Colores’ Hurtado. Mención aparte le merece Ernesto ‘Trompudo’ Guerra, director técnico que lo dirigió cuando se desempeñaba en Filanbando (1984-1985) y en la Selección (1983). Nunca dejará de agradecerle los consejos.
Pero no todas las remembranzas son buenas. ‘Zapatón’ no olvida las constantes críticas de ciertos periodistas que se preocupaban más de su vida privada que de su faceta deportiva. Lo calificaban de borracho y cabaretero. Asegura que alguna vez, un chisme de Pablo Aníbal Vela ‘El Rey de la Cantera’, frustró un acuerdo con el Club Sport Emelec.
La Selección, lo más lindo
El ‘Trompudo’ Guerra (79 años) cree que Orly Klínger fue uno de los mejores líberos surgidos en nuestro país. Con condiciones envidiables para ganar la pelota en el juego aéreo o a ras de piso.
“Si lo comparamos con alguien de la actualidad, por su estatura y sus cualidades técnicas, Klínger contó con mejores características que Frickson Erazo”, precisa.
Orly Klínger actuó para la ‘Tri’ durante las eliminatorias de los mundiales ‘España 82’ y ‘México 86’. La jugada que lo consagró se produjo en el primer partido premundialista entre Ecuador y Paraguay. Aprovechó un mal despeje y derrotó al meta Ever Hugo Almeida con un fuerte derechazo. El duelo concluyó 1-0.
Dicha conquista, confiesa Orly, le valió el apodo de ‘Zapatón’, puesto por el extinto Petronio Salazar, locutor de la emisora CRE Satelital. Con ese alias se aludía al tamaño de sus pies (calza 45) y a su potente remate de derecha.
Su rehabilitación
Juan Pablo dice amar a su tío como a un padre. Su progenitor vive en Guayaquil, por lo que él y sus hermanos crecieron cerca de ‘Zapatón’, quien jugaba con ellos y los cuidaba.
El joven, quien trabaja como albañil, solicita ayuda para Orly. No necesariamente dinero, pero sí un trabajo y la posibilidad de entrar a una clínica de rehabilitación.
Miryan reitera que la familia nunca lo abandona. Dos veces lo ingresaron a un centro de recuperación. Hace siete años, cuando fue dado de alta, permaneció casi un año sin ingerir alcohol, pero recayó. Tras la segunda oportunidad, hace cuatro años, retomó el vicio enseguida. Afirma que Orly cuenta con una pensión vitalicia -no sabe cuánto es- que le sirve para satisfacer sus necesidades. Es independiente.
Su verdadera preocupación es la necedad de ‘Zapatón’, ya que muchas veces no les hace caso. La mujer cuenta que a finales de 2011, debido a usar calzado de tallas menores a la suya, se le infectaron unas ampollas. Estuvo a punto de sufrir la amputación de su pie derecho.
“Es difícil conseguir la talla 45, pero eso no es tan grave como su salud emocional. Creo que requiere un psicólogo, solo sanará cuando supere la pérdida de Anita. Necesita una motivación en su vida”, reflexiona la hermana.
Datos
Orly Klínger Ortiz nació en Esmeraldas el 10 de octubre de 1956. Es el noveno hijo de 10 hermanos.
El retiro de ‘Zapatón’ se apresuró, según cuenta el exjugador, luego de ser suspendido un año tras ofender al árbitro Medardo Martínez. Ocurrió cuando formaba parte de Liga de Portoviejo en un lance frente a Aucas en el estadio de ese equipo. Ambos clubes estaban en la primera B.
Entre sus compañeros en la Selección constan Carlos ‘Bacán’ Delgado, Tulio Quinteros, Flavio Perlaza, Mario Tenorio, Polo Carrera, José ‘El Cielo’ Villafuerte, Lupo Quiñónez, etc. Su mejor amigo en el conjunto ‘abanderado’ fue Tulio Quinteros.
Según el Ministerio del Deporte, solo 31 exfutbolistas reciben pensión vitalicia. En la lista no consta Orly Klínger.
Miryan Klínger, hermana de Orly, dice que su hermano sí recibe una pensión vitalicia. La habría tramitado el diputado Pedro Lino Sánchez cuando ‘Zapatón’ se retiró.
Miryan dice que ‘Zapatón’ está en contacto con sus hijos. Tiene tres nietos: dos por parte de Horlen y una de Vilma.
LEA MAÑANA
El exdelantero Lorenzo Klínger reside en Muisne, donde realiza fletes en un taxi y entrena a un grupo de niños.