Una sentida pérdida para la “fuerza”
Sus pinceles, pinturas y pegamentos no volverán a ser utilizados por él. El maquillista Stuart Freeborn, de cuyas manos nacieron personajes legendarios como Yoda y Chewbacca, de la saga Star Wars, falleció el pasado martes, a los 98 años.
Su muerte fue confirmada el miércoles anterior por un amigo de la familia, que trabajó como su asistente.
En los años 30, Freeborn era piloto de guerra, sin embargo, una “gripe asiática” obligó a que dejase el oficio. Comenzó a trabajar con Alexander Korda, director húngaro. Los primeros rostros maquillados por Stuart fueron los de las actrices Marlene Dietrich y Vivien Leigh.
En 1940 colaboró con el actor Alec Guiness. Una de las primeras películas en las que participó como maquillista y supervisor del área fue en “Oliver Twist” (1948).
“2001: Odisea en el espacio” (1968), de Stanley Kubrick, también tuvo la oportunidad de contar con Freeborn, en este proyecto el maquillista trabajó por dos años. Otro largometraje del mismo director en el que colaboró el creativo fue “Dr. Strangelove” (1964).
No obstante, su contribución más reconocida y excepcional ha sido para el universo creado por George Lucas, “Star Wars”, en 1970. El personaje al que le dedicó mucho tiempo y, por qué no decirlo, su cariño, fue a Yoda.
Según Stuart, se basó en la cara de Albert Einstein y también en sus propias características físicas para crear los rasgos del sabio maestro.
El director de la película “Star Wars: El imperio contraataca”, Ivin Kershner, explicó que Freeborn se plasmó a sí mismo en el jedi de aspecto élfico y curioso.
Stuart Freeborn trabajó y supervisó el diseño de Jabba the Hutt utilizado en “Star Wars Episodio VI: El retorno del jedi”.
Para esta entrega, denominada la “película de monstruos” de la trilogía original, creó también a los ewoks. Asimismo, fue el mentalizador y “artesano” del wookie Chewbacca.
Él y su equipo también construyeron otras criaturas de la saga, como Greedo, el hombre morsa, o Snaggletooth. Igualmente ideó la cantina de Mos Eisley, una ciudad del planeta Tatooine, según Europa Press.
En una entrevista de la BBC de Londres, Freeborn recordó los primeros diálogos que tuvo cuando se contactó con Lucas.
Explicó que lo había llamado un “jovencito”, para decirle que tenía un guión y que le gustaría que él colaborase en su película. “Era tan sincero al hablar de ello que pensé: ‘Aunque es tan joven, le creo. Tiene algo y haré lo que pueda por él’”, dijo a la BBC.
El legado y huella que el británico ha dejado en el cine es incalculable. Según lo expresado por George Lucas: “Stuart ya era una leyenda cuando empezó a trabajar en Star Wars”.
Aseguró que la labor de Freeborn perdurará para siempre y rescató su “energía creativa e ilimitada”. Y añadió: “Sus criaturas de Star Wars pueden ser reinterpretadas en otras formas por las nuevas generaciones, pero, en su esencia, siguen siendo lo que Stuart creó para las películas originales”.
Si bien falleció, el rostro de Freeborn quedará siempre en las mentes de quienes, como él, consideran entrañablemente al sabio maestro Yoda.