La etnoeducación se plantea como una vía para el fortalecimiento de la identidad del pueblo negro. Se trata de una propuesta política en la búsqueda de la construcción de un Estado plurinacional.

“El propósito es que los estudiantes, la sociedad mestiza, los pueblos y nacionalidades indígenas y montuvias, conozcan sobre sus culturas, la historia, pero también sobre los aportes de los afrodescendientes a la construcción del Estado. Para eso es la etnoeducación”, explicó John Antón, antropólogo del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).

Esta propuesta se trabaja en países de América Latina como Colombia, Perú y Bolivia.

En Ecuador el movimiento se ha fortalecido a partir de iniciativas civiles y de docentes afrodescendientes, quienes promueven el empoderamiento de su cultura.

En Azuay, a través del Departamento de Estudios Interculturales de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca, se impulsan cinco ejes. Estos son: enseñanza y estudio de la cultura y la historia afrodescendiente, formación y capacitación de docentes en etnoeducación y en innovación pedagógica.

Historia del movimiento

En Ecuador, a inicios de la década de los 80 empieza a vislumbrarse un proceso de movilización social del pueblo afroecuatoriano. Este reclama igualdad social, política y económica y fortalece su proceso identitario.

La etnoeducación tiene relación con ese movimiento, el cual cuenta con dos antecedentes: en 1979 se fundó el Centro de Estudios Afroecuatorianos y en 1980 se creó la Pastoral Afroecuatoriana y el Movimiento Afroecuatoriano Conciencia MAE.

A partir de estas incitativas y con protagonistas como Juan García Salazar y José y Óscar Chalá se plantea la propuesta de la etnoeducación.

En la actualidad, el Departamento de Estudios Interculturales de la Universidad de Cuenca, el IAEN, la Fundación de Desarrollo Social y Cultural Afroecuatoriana Azúcar, la Universidad Andina Simón Bolívar, la UNAE, la Universidad Central y la Flacso, forman una red que impulsan modelos pedagógicos para fortalecer la identidad afrodescendiente en el país.

Antón señaló que además se ha planteado que en el proyecto de reforma a la Ley Orgánica de Educación Intercultural Bilingüe, haya una ampliación para que la Educación Intercultural no solo fomente la identidad nacional sino la etnoeducación.

“Proponemos que el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, desarrolle un programa de etnoeducación , lo que implica una especialización de docentes y fortalecer las políticas en este ámbito”, aseguró Antón.

Iniciativa del sector civil

La reivindicación hacia la identidad del pueblo afrodescendiente proviene también desde la población civil.

Nila de Aguiar, lideresa del Movimiento Afro de Azuay, enfatizó que al no tener planteles donde se imparta este tipo de educación, se creó la Escuela de Formación Afro en abril de 2019. La meta es dar a conocer y revitalizar la historia de su pueblo.

“Hemos optado por buscar alternativas para educar a nuestros hijos. Es importante porque no podemos esperar a que el Estado tenga la voluntad, el tiempo, el recurso, el entusiasmo para implantar este proceso de educación”.

En la Escuela se han abordado temáticas como Identidad, Ciudadanía, Derechos y Obligaciones y Afrofeminismo, y otras.

John Antón considera que debería establecerse una Dirección de Etnoeducación al interior del Ministerio de Educación. También plantea la aprobación de lineamientos curriculares para la implementación de la etnoeducación afrodescendiente. (I)

Patricia Naula, EL TIEMPO
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