¿Cómo ayudar a una persona que tiene pensamientos suicidas?
La depresión postfiestas (Navidad y Año Nuevo) no son un hecho aislado. De no tratarlas, según los especialistas, puede desencadenar en un suicido.
Según el psicólogo Napoleón Vásquez, en estas fechas se registra mayor número de casos debido a que es una temporada en la cual afloran los sentimientos y las personas se tornan más susceptibles, además es una época en donde existen muchas obligaciones económicas e inclusos afectivas. El fin de semana, en Quito, por ejemplo, se registraron dos suicidios. El primero de Denisse Gualoto, de 16 años. Su cuerpo fue encontrado debajo del Puente de Gualo, en el sector de Llano Chico (nororiente de Quito), el pasado sábado. El segundo fue un hombre de 36 años, que se cayó desde el cuarto piso de un edificio, ubicado en una zona residencial de la capital.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que una persona se quita la vida cada 40 segundos en alguna parte del mundo. El organismo señala que incluso el suicidio consta como una de las causas más frecuentes de muerte, entre la población de entre 15 y 44 años.
Pero, ¿cómo detectar qué una persona afronta una depresión y siente la necesidad de quitarse la vida?
Para Vásquez, las principales razones para mostrarse alerta son:
- Pérdida de apetito
- Descuido de la imagen personal
- Expresan ideas negativas con frecuencia
- Siente sueño de forma permanente porque no quiere conectarse con el mundo
- Tienden a aislarse ya sea de sus amigos o de la familia
- Su tristeza es permanente y muchas veces no tiene razón de ser
- Presenta alteraciones en la autoestima
- Repiten frases como "me quiero morir"
- Tienen una actitud de que no les importa nada de lo que hacen
- En muchos casos se inician en el consumo de drogas como un escape de la realidad.
El médico contó que semanas atrás atendió a un paciente que tenía algunos de estos rasgos psicológicos, luego de que perdiera su trabajo en noviembre pasado. Su tensión se sumó porque en diciembre tenía que pagar la escuela de sus hijos y los obsequios de Noche Buena.
Ante esa situación, contó Vásquez que el hombre decidió tomar "de golpe" varias pastillas que se encontraban en un frasco, pero uno de sus hijos cayó en cuenta y llamó a su madre para detenerlo.
"Llegan a ese estado porque se sienten incapaces de sacar adelante a una familia, con su pareja, en el área laboral, etc. Pierden su autoestima y consideran que no sirven para vivir", asegura el experto.
La concurrencia de los casos cada vez es más frecuente advierte el especialista, quien es director del centro Programas Educativos Psicología y Salud (Proeps). Solo en 2016 se atendieron 126 casos de personas con depresión que trataron de suicidarse. "No importa la condición económica. Cuando las personas caen en depresión, no le ven sentido a su vida".
El apoyo familiar es importante
La psicóloga y orientadora vocacional, Laura Caiza, asegura que tanto la familia como los amigos pueden ayudar a sacar adelante a los seres queridos que se encuentran en esta situación. La especialista recomienda abrir un diálogo con la persona que alberga pensamientos suicidas.
"Es importante tener la predisposición a escuchar. Dejar que sus sentimientos salgan, sin juzgar sus acciones o pensamientos, que esta persona en estado depresivo se sienta atendido", reitera.
Caiza resume en tres recomendaciones que se pueden seguir:
¿Qué hacer sí un familiar y/o amigo tiene pensamientos suicidas?
1. Converse con esta persona y recuérdele que hay gente que lo quiere. Una persona con tendencias suicidas necesita tener un sentido de pertenencia para optar por la vida.
2. Descubra cuáles son sus puntos de interés para abordarlos. Su nivel de autoestima mejora si habla de las cosas que le interesan y se sentirá mejor si se toma en serio sus aficiones y gustos. Hágale preguntas abiertas que le inviten a compartir su entusiasmo o intereses. Por ejemplo, ¿qué programas de tv le gustan?, ¿qué comida te gusta?, ¿qué deportes te gustaría practicar? Hacer que la persona se visualice a futuro.
3. La terapia es fundamental. Los expertos reconocen que no es una tarea fácil persuadir a alguien para que acuda a la terapia. Pero es una acción impostergable, para evitar recaídas y que recupere su autoestima. Los tratamientos consisten en terapias con charlas, ejercicios mentales y de relajación que sirven para recordar al paciente cuáles son sus fortalezas y oportunidades. (I)