Karina tiene 8, Andrea, 45. Mientras la pequeña espera para ser atendida en la Unidad de Primera Acogida en el Centro Materno Infantil de la ciudadela Martha de Roldós, Andrea le cuenta a la doctora Eva Chang y a la psicóloga Jessica Loor, el historial de agresiones perpetuadas por su marido.

Desde que esta unidad, la segunda en la ciudad, inició la atención en Guayaquil, 10 mujeres han acudido cada semana para denunciar maltratos físicos o psicológicos y solicitar asesoría profesional.

A partir de la última semana de noviembre, empezó la atención en este centro, registrándose la visita de 40 mujeres durante diciembre.

Niñas maltratadas por sus padrastros, adolescentes ultrajadas sexualmente, mujeres sistemáticamente insultadas por sus esposos durante periodos de seis u ocho años, todas han pasado por el consultorio, explica Loor.

El sistema funciona así: cuando los doctores del subcentro detectan algún golpe en la piel de las mujeres, las envían al centro, donde son atendidas por la doctora Eva Chang.

“La mayoría de las veces, los golpes sí responden a maltrato intrafamiliar”, asegura la profesional.
Andrea narra el engorroso trámite por el que ha tenido que pasar para denunciar a su esposo. “Decidí separarme, pero ahí no terminaron los maltratos, ahora invita a mis hijos a comer y él pone como condición que yo asista, prácticamente me obliga a verlo”.

Las encargadas del área de primera acogida trabajan en el centro de Martha de Roldós desde octubre del año pasado, en aquel entonces no tenían consultorio.

Desde octubre han atendido 87 casos, y además de abrir las fichas médicas, anotando el tipo de herida recibida, que sirven como pruebas legales para posteriores demandas, las profesionales brindan asesoría psicológica permanente.

“A veces uno es víctima de la lentitud del sistema, o vas a la audiencia y el acusado no se presenta porque tiene trabajo, así que tienes que descuidar a tus hijos para seguir el proceso”, comenta Andrea.

Para la doctora Chang, el acompañamiento mientras se realiza este proceso, resulta primordial: “Hemos tenido un repunte en el número de casos desde que se abrió el consultorio, probablemente la privacidad que encuentran  para contar sus problemas las trae aquí”.

La mayoría de los casos son derivados a la Comisaría Quinta de la mujer o a la Unidad de Vigilancia Continua (UVC) debido a que, explican las doctoras, en esta dependencia se realizan los trámites con mayor celeridad.

Otras comisarías se están adaptando a este nuevo sistema que comprende en un solo lugar los servicios de la Fiscalía y Juzgado.

Además, trabajan allí psicólogos y médicos legales, personal cuyos servicios se hace necesario en estos procesos por violencia doméstica.

La lista de abusos cometidos contra las mujeres que reportan sus problemas en el centro de Martha de Roldós está encabezada por la violencia psicológica, es decir, insultos, amenazas y maltratos verbales.

Al centro han acudido adolescentes y mujeres embarazadas.

“Se ven muchos casos de hombres que ahora tienen una nueva pareja y no permiten a su ex esposa rehacer su vida”, dice Loor.

El perfil demográfico de las mujeres que acuden a este centro responde a féminas que no trabajan fuera del hogar y su situación económica es de nivel medio o bajo.

“Trato de aconsejarlas para que busquen un trabajo y puedan valerse por sí solas; algunas al recibir la pensión se resignan, otras, con el apoyo de sus familias, van a vivir a una nueva casa y salen adelante”.

Los trámites para denunciar una agresión son distintos. En el caso de la violencia física, las mujeres pueden acercarse a las Comisarías de la mujer con su cédula y pedir una boleta de auxilio.

Este documento las faculta para que, en caso de repetirse el maltrato, ellas puedan llamar a la policía que se encarga del agresor.

En casos de violencia sexual, que no se han presentado en la unidad de primera acogida, el trámite suele ser más largo.

La atención en la Sala de Primera Acogida ubicada en la ciudadela Martha de Roldós  se inicia a las 08:00 y finaliza a las 16:30.

La asesoría de tipo legal, psicológica  y médica es gratuita para las personas que se sienten víctimas de la violencia intrafamiliar.